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Gara > Idatzia > Jendartea 2006-07-27
Mision Cassini-Huygens a Saturno
Profesores vascos concluyen que los surcos de Titán se deben a tormentas de metano
Ricardo Hueso y Agustín Sánchez, investigadores de la UPV-EHU, han desarrollado un estudio en el que, mediante simulaciones, han concluido que los lechos fluviales hallados por la misión Cassini-Huygens en Titán se deben a gigantescas tormentas de metano. Explican que el citado gas cumple el mismo papel que desempeña el agua en la Tierra. Los profesores subrayan que el estudio de la atmósfera de ese satélite de Saturno puede ayudar a entender mejor procesos similares en nuestro planeta. El estudio se publica en la revista «Nature», lo que favorece su divulgación mundial.

DONOSTIA

Los doctores Ricardo Hueso y Agustín Sánchez Lavega responden estos días estivales a los numerosos requerimientos que desde diferentes medios de comunicación se les realiza. No es para menos, ya que estos dos investigadores de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Bilbo publican en el último número de la revista “Nature” un trabajo en el cual explican el desarrollo de gigantescas tormentas de metano en Titán, el mayor satélite de Saturno. GARA se puso en contacto con ellos ayer para obtener más datos sobre los fundamentos de su investigación.

Según las explicaciones del profesor Hueso, han desarrollado un modelo numérico que les ha permitido explorar de forma simulada qué tipo de tormentas y precipitaciones se forman en la atmósfera de Titán.

En su trabajo se indica que el metano es el gas que se condensa en esta atmósfera, cumpliendo el mismo papel que desempeña el agua en la Tierra: «En Titán podemos encontrar metano como vapor, como líquido o como hielo. Es el estudio del metano en la atmósfera el que nos ha permitido simular como se forman estas tormentas y cuánta precipitación puede caer en la superficie».

De esa forma, estos dos investigadores de la UPV-EHU han logrado explicar el porqué de la presencia de las brillantes nubes polares y de los lechos fluviales secos encontrados por la misión espacial Cassini-Huygens.

«Sobre la superficie de Titán ­puntualiza Hueso­ las sondas espaciales descubrieron algunas estructuras que son totalmente similares a los ríos en la Tierra. Se ven grandes estructuras alargadas y finas que se ramifican y que van convergiendo sobre un canal progresivamente más ancho, que finalmente termina sobre lo que podría ser una línea de costa».

Los investigadores han descubierto que una de las claves en la formación de las tormentas sobre la superficie de Titán son las pequeñas partículas llamadas «núcleos de condensación», que forman la niebla anaranjada y que alcanzan la baja atmósfera de Titán. Sobre esas partículas crecen las gotitas de metano que forman las nubes tormentosas. Asimismo, los cálculos que han llevado a cabo demuestran que estas vigorosas tormentas, capaces de alcanzar en su desarrollo vertical los 35 kilómetros de altura sobre la superficie, producirían densas nubes de metano y copiosas precipitaciones de gotitas líquidas de este compuesto, semejantes a las más intensas trombas de agua que se producen en las tormentas terrestres. Ese tipo de precipitaciones daría lugar a la formación de depósitos y ríos de metano líquido fluyendo por la superficie de Titán, capaces de originar los canales observados.

Descubriendo el satélite

El profesor también se refiere a las características que definen esta luna de Saturno y el desconocimiento que ha imperado acerca de ella hasta el momento:«Titán es un mundo que está formado en su mayor parte por agua pero, debido a que la temperatura media es de 180 grados bajo cero, es una gran bola de hielo. La atmósfera es muy fría y tiene una gran cantidad de metano. Este metano forma nieblas superiores muy elevadas que impiden ver la superficie, de manera que cuando las sondas Voyager llegaron hasta los alrededores de Saturno y Titán, en los años ochenta, tan sólo pudieron obtener unas imágenes anaranjadas, sin enviarnos ningún dato esclarecedor sobre su superficie. Ahora estamos empezando a descubrir los misterios de este satélite, por eso se suceden últimamente las noticias científicas sobre los análisis de los datos de Titán».

En ocasiones resulta difícil considerar el valor de este tipo de investigaciones relativas a planetas y satélites tan lejanos a la Tierra. Y es que Titán se halla a 1.500 millones de kilómetros del Sol.

Sin embargo, el doctor Hueso señala su relevancia y su aplicación a la investigación terrestre: «El estudio de la atmósfera de la Tierra es muy complicado, hay muchos problemas que nos gustaría conocer mejor, sobre todo los relativos a fenómenos atmosféricos. No solamente los podemos estudiar en la Tierra, sino que también se pueden analizar en la atmósfera de otros mundos», comenta, al tiempo que manifiesta que las atmósferas de otros planetas y satélites «son laboratorios naturales, en los que poner a prueba el conocimiento que tenemos sobre las ecuaciones físicas que gobiernan el comportamiento de la atmósfera».

Debido a la información que pueden aportar las misiones espaciales, está creciendo paulatinamente el interés en el estudio de atmósferas de otros planetas. Hace pocos meses, la comunidad científica reparó en los surcos que se vislumbraban en la superficie de Marte.

No obstante, Hueso reseña que las investigaciones sobre Titán son en estos momentos más interesantes: «Lo que se ha encontrado en Marte, en regiones altas de la superficie, son antiguos canales de torrenteras; lo que sucede es que estas torrenteras que se han podido ver en Marte son muy antiguas, pueden tener diez millones de años de antigüedad o incluso más. En cambio, en Titán son fenómenos que están ocurriendo hoy, ahora, por lo que podemos observar cómo se forman las tormentas en su atmósfera y posteriormente, gracias a las sondas espaciales, intentar analizar cómo han alterado la superficie».

«Hay que seguir investigando»

Precisamente, con el fin de confirmar la hipótesis de formación líquida de metano tras las tormentas, los profesores Hueso y Sánchez proponen la observación sistemática por el radar Cassini de la superficie de Titán en aquellas regiones en las que se haya observado la formación de densas y brillantes nubes blancas. Para realizar estas investigaciones han empleado imágenes y resultados publicados por los científicos de la misión Cassini-Huygens, datos que han intentado poner en un contexto adecuado. Y para ello han desarrollado un modelo numérico: «Hemos incluido en un programa informático las condiciones atmosféricas en Titán y las leyes físicas básicas a la hora de explicar cómo se forman estas tormentas».

Para este tipo de simulación han empleado máquinas de cálculo propias, «que han estado ‘corriendo’ modelos durante meses y meses», y el «superordenador» con el que cuenta la Universidad, gracias al cual han podido realizar los cálculos más exigentes del trabajo, que se ha prolongado durante año y medio: «Nada más empezaron a conocerse datos fiables de la atmósfera de Titán, estuvimos interesados en explicar estas formaciones meteorológicas y lo que se veía en la superficie».

Hueso también recuerda que el modelo numérico utilizado lo habían desarrollado anteriormente para el estudio de las tormentas en Júpiter y en Saturno, que también fue publicado en “Nature”. Reconocen que publicar un artículo en esa prestigiosa revista científica es «un resultado inusual» que reporta una gran satisfacción personal para los científicos que lo consiguen. «Es difícil publicar en ella; es una revista muy exigente con los artículos y llegan a rechazar hasta un 92% de los que se le remite».

Gracias a la publicación su trabajo será divulgado mundialmente y, al mismo tiempo, confían en que ese reconocimiento les facilite la obtención de ayudas para seguir investigando la atmósfera de Titán, así como proseguir los estudios de otros astros.



Lagos en la superficie con apariencia terrestre

WASHINGTON

Los datos que envía la sonda espacial Cassini abren nuevas hipótesis de trabajo a los científicos continuamente. El pasado martes, el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL), de la NASA, reveló que se han descubierto yacimientos de hidrocarbonos que tienen la apariencia de lagos terrestres en las cercanías del polo norte de Titán. Según JPL, de confirmarse el hallazgo, esta luna de Saturno se convertiría en el único cuerpo del sistema solar ­aparte de la Tierra­ que contiene lagos en su superficie. El descubrimiento fue anunciado una semana después de que JPL informase de que la sonda había detectado regiones de Titán que son casi iguales a las de la Tierra. No obstante, debido a las temperaturas extremadamente bajas que reinan en Titán, los científicos de la NASA descartan la posibilidad de que esos lagos sean de agua, líquida o congelada. Según un comunicado emitido en Washington por JPL, sus científicos se inclinan por la hipótesis de que el líquido que hay en esos lagos es metano o etano.



Un viaje interplanetario que está cerca de completar su noveno año

DONOSTIA

El próximo mes de octubre se cumplirán nueve años desde que la nave Cassini-Huygens fuera lanzada desde el Centro Espacial Kennedy (en Florida, EEUU) con destino a la región de Saturno, el sexto planeta desde el Sol y el segundo más grande del Sistema Solar.

La misión Cassini-Huygens es una colaboración internacional entre tres agencias internacionales y diecisiete estados contribuyeron a construir la nave espacial. El orbitador Cassini fue armado y gestionado por el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA; la sonda Huygens fue construida por la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés); y la Agencia Espacial Italiana proporcionó la antena de comunicación de alta ganancia, que es el apoyo básico a las comunicaciones con la Tierra y cuyo reflector parabólico, de cuatro metros de diámetro, ha servido para proteger los instrumentos de la sonda de los nocivos rayos del Sol durante la mayor parte de su largo viaje funcionando como una sombrilla.

La sonda, que pesa 319 kilogramos, recibe su nombre de Christiaan Huygens, el astrónomo holandés que en 1655 descubrió Titán, la luna más grande de Saturno. Por su parte, la nave robótica fue bautizada con el apellido de Giovanni Cassini, científico francés de origen italiano que descubrió el espacio que existe entre los distintos anillos de Saturno, también conocido como «la división de Cassini», y que también descubrió varias de las lunas del gran planeta gaseoso.

La información obtenida por Cassini-Huygens está siendo analizada por más de 250 científicos de todo el mundo.


 
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