Maite Soroa
Una constitución birriosa
Ya pasó la festividad de San Ignacio de Loyola, fecha de especial significado en Euskal Herria por tres aniversarios, a saber: nacimiento de Iñigo de Loyola, fundación del PNV y fundación de ETA. Y al día siguiente de tal día corresponde la lectura de los discursos políticos que anualmente se escuchan y que marcan, en buena medida, el tono del agosto que ayer comenzó.Hablaron Imaz y Otegi y en “El Mundo” lo entendieron todo al revés. Y, si no, lean el editorial que ayer publicaba el escribiente veraniego de Pedro J. Ramírez. Según el escriba, «aunque con diferentes matices que no hacen asimilable su discurso, Josu Jon Imaz y Arnaldo Otegi coincidieron ayer en que la normalización de la situación en el País Vasco exige un precio político». Como si hubiera alguien que pudiera defender lo contrario. Y lo que le parece escandaloso al de Ramírez es, entre otras cosas, que «el presidente del PNV fijó un plazo de dos años para ‘alcanzar acuerdos amplios’ que supongan el reconocimiento de la ‘nación vasca’. Imaz afirmó que la paz es importante, pero que el PNV no puede renunciar a sus objetivos políticos. Rechazó expresamente la imposición de acuerdos como fruto del terror y exigió a ETA la renuncia definitiva a la violencia». Alguien dirá que no hay pega en lo que dijo Jota Jota, pero en “El Mundo” son especialistas en encontrarlas: «El planteamiento es formalmente correcto, pero Imaz sabe mejor que nadie que la creación de esa mesa de partidos que defiende el PNV es también una exigencia de la banda terrorista. ETA ha dicho en sus comunicados que no dejará las armas hasta que no haya concesiones políticas. Por tanto, ETA exige precio político, un planteamiento que Imaz está secundando con sus palabras por mucho que repudie la violencia». Se puede retorcer la realidad a conveniencia, pero
Ramírez la estruja. Así, concluye que «en el fondo, su discurso no se aparta del
de Arnaldo Otegi, que subrayó ayer que la legalización de Batasuna no es
suficiente si no se da el paso de crear esa mesa de partidos para discutir en un
marco en el que se reconozca el derecho de autodeterminación. El PNV y Batasuna
están diciendo lo mismo con diferentes palabras. La cuestión es si Zapatero está
dispuesto a cruzar esa línea roja que asestaría un golpe mortal a la
Constitución». O sea, que reconocer el derecho de los ciudadanos a decidir su
futuro es un «golpe mortal» a su Constitución. Pues vaya birria de
constitución... - msoroa@gara.net
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