Oriente Medio en llamas
Israel prosigue con su agresión, en la que ha matado a un millar de libaneses
El Ejército israelí combinó una ofensiva terrestre contra localidades del sur de Líbano, en la que se encontró con la feroz resistencia de la guerrilla de Hizbula, con bombardeos esporádicos contra objetivos en todo el país. Justo cuando se cumplen 21 días de agresión militar israelí, el Gobierno libanés ofreció un balance que eleva a un millar los libaneses muertos en los bombardeos. Pero, aunque mucho más pequeña, Israel sigue pagando su cuota en sangre.
BEIRUT
El Ejército israelí, que sigue llamando a miles de reservistas, llevó a cabo ayer cuatro insursiones simultáneas contra localidades libanesas fronterizas, aunque se topó con una feroz resistencia por parte de la guerrilla chiíta de Hizbula.Y eso que sus comandos contaron con el apoyo aéreo de los bombarderos. Cazabombarderos que castigaron además todo tipo de objetivos a lo largo del país, incluso en el nordeste fronterizo con Siria, concretamente la Bekaa. Varios civiles perdieron la vida en estos ataques «esporádicos». El Gobierno israelí advirtió de que a partir de hoyvolverá a utilizar toda su «potencia de fuego», en una vuelta a la situación que se vivió hasta el pasado domingo, día en el que el Tsahal perpetró la matanza de Qana. El Ejecutivo israelí justificó sus bombardeos ayer contra carreteras del norte, oeste y este del país como un intento de «evitar que Hizbula reciba refuerzos y pertrechos». Los ataques tuvieron lugar horas después de que los grandes cráteres provocados por las bombas en las carreteras hubieran sido tapados con tablones y otros materiales para permitir el éxido de miles de libaneses que huyen de los combates del sur. Unos combates que tienen su origen en el intento por parte de Israel de volver a invadir, siquiera temporalmente, una franja del sur de Líbano hasta el río Litani. Precisamente, el Gabinete de Seguridad israelí dio en la madrugada de ayer luz verde a una nueva ofensiva terrestre contra Hizbula. Una ofensiva que volvió a ser frenada por los guerrilleros chiítas, que infringieron bajas militares mortales a Israel. Sus portavoces se limitaron a confirmarlas aunque mantuvieron la censura, mientras alardeaban de la muerte sólo ayer de veinte milicianos de Hizbula. Esta organización reconoció cuatro muertos aunque anunció que había desbaratado los intentos israelíes de hacerse con el control de cuatro sectores fronterizos. Los combates eran particularmente violentos en torno a las localidades de Taïbé, Aadaissé y Kfar Kila. Todo ello en una jornada en la que el Gobierno libanés ofreció un balance de 828 muertos en la agresión, todos civiles a excepción de una treintena de uniformados (soldados y policías). El recuento, que no incluye a las bajas de Hizbula la guerrilla reconoce 44 muertos, por 400 que reivindica Israel, no es completo a falta de rescatar más de 200 cadáveres bajo los escombros.
El Ejército israelí reconoce que no había lanzaderas de misiles en Qana
TEL AVIV
La edición digital del diario israelí “Haaretz” informó
ayer, citando como fuente al propio Ejército israelí, que la aviación israelí no
tenía constancia alguna de que hubiera lanzaderas de cohetes de Hizbula ni
milicianos de esta guerrilla chiíta en el edificio de tres plantas bombardeado
en Qana, en el que se habían refugiado numerosos civiles, bombardeo que se saldó
con la muerte de cerca de 60 civiles, la gran mayoría mujeres.
Inmediatamente después del ataque, tanto el primer
ministro israelí, Ehud Olmert, como el Ejército israelí insistieron en esta
tesis, desmentida ahora, y abonaron también la tesis de que la explosión se
hubiera debido a eventuales ingenios explosivos que albergaría el refugio
atacado.
El bombardeo al refugio d Qana ha sido el más sangriento
hasta la fecha en la actual crisis.
La UE, incapaz de pedir un alto el fuego inmediato
BRUSELAS Los ministros de Exteriores de la UE renunciaron ayer a exigir un alto el fuego inmediato en Líbano, sobre todo por la oposición liderada por Gran Bretaña, y optaron por preconizar un «cese inmediato de las hostilidades». La Presidencia de turno finlandesa propuso la moción, que debía ser aprobada por unanimidad. Pero no fue el de Londres el único Gobierno que se opuso, ya que fue secundado por los ejecutivos holandés y alemán, este último dirigido por la canciller conservadora Angela Merkel. Estos estados miembros hicieron causa común con la tesis estadounidense, defendida sobre el terreno y a sangre y fuego por Israel, de que una exigencia de alto el fuego inmediato «quemaría etapas, ya que no se dan aún las condiciones políticas». Toda una contemporización que tiene atrapada entre los escombros de sus casas y bajo las bombas a la población libanesa, convertida en la pagana de la estrategia israelí y estadounidense contra sus enemigos (Hizbula, Siria e Irán) en la región. Finalmente, los Veinticinco aprobaron la formulación propuesta por Luxemburgo, que llama a un «cese inmediato de las hostilidades que sea seguido por un alto el fuego duradero». El Gobierno francés, promotor de la propuesta realizada por la Presidencia finlandesa, cedió y se limitó a apelar al «realismo». La UE renuncia así a presionar a Israel justo cuando sus
dirigentes reconocían una difícil situación diplomática tras la masacre israelí en el refugio de civiles en Qana.
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