Gotzon URIBE
Un ingles entre americanos
Azkena Rock Festival avanza. Buen ambiente, ningún incidente y sabor a rock añejo predominan en el recinto de Mendizabala. En el exterior, presencia de coches de matrículas foráneas. Según la organización, el viernes acudieron 13.494 personas a los conciertos
Segundo día del festival y para las cinco de la tarde ya se agolpaba numeroso público en la explanada de Mendizabala. ¿El motivo? el concierto de los americano Marah, una banda de jovenzuelos con actitud y ganas de recorrer kilómetros con su rock’n’roll heredado de los Replacements. A pesar de algunos problemas de sonido su concierto gustó. Fue una demostración de rock clásico, a menudo cercana a Springsteen, pero con una efervescencia punk que muchos quisieran para sí a su edad. Talante y buen gusto para hacer canciones, grupo a seguir.Y de canciones de bar, cervezas, chicas y rock’n’roll hablaban las temas de los Bottle Rockets, un grupo con solera inspirado en la tradición y las raíces americanas. A lo mejor son un grupo que no ha alcanzado un éxito mayoritario, pero sin duda saben hacer canciones. En su repertorio hay un gran poso setentero que se arrima con fidelidad al country, al honky tonk tabernario, al power pop y a las canciones más dulces, en formato de medio tiempo cercanos a las baladas del género. Y si hasta ahora estábamos hablando de rock americano, con la actuación de Gang of Four cruzamos el charco para ir hasta Leeds. De allí es la banda que firmó “Entertainment!”, uno de los discos más importantes para entender una nueva dimensión que cogió el punk, para unirlos con los ritmos rotos y sincopados de la música de baile. Unica banda inglesa en el cartel! Ellos fueron entre otros pioneros en lo que se ha venido en llamar «post-punk», una corriente totalmente en boga en la actualidad y de la que predican numerosas bandas. La reunificación del grupo inglés les coge en pleno revival del estilo. Su concierto fue una muestra de cómo se hacía ese rock tan sincopado hace dos décadas. Tras haberles visto hace dos años en un festival de Barcelona ofreciendo un concierto bastante soso, nos rondaban pensamientos que presagiaban lo peor; ¡pero no! Gang of Four estuvieron más inspirados y acertados a la hora de defender su propuesta. Más rodaje, compenetración y ganas para un set que gustó a casi todos. El poso setentero y más duro en su versión hard-rockera llegaba con la actuación de los Eagles Of Death Metal, un banda de jovenzuelos yankees que apadrinados por Josh Homme (QOTSA, Kyuss) están recorriendo medio mundo con su segundo disco “Death by sexy”, un compendio de rock con garra y claro sabor zeppeliano. Anocheciendo ya, se acercaba uno de los platos fuertes del festival, la actuación de Big Star, el grupo del legendario Alex Chilton acompañado por algunos de los Posies. Sin duda, este concierto y el de Red Kross fue aliciente suficiente para que muchos aficionados al rock y al pop luminoso acudiesen al festival. Para entender la música de Big Star debemos situarnos en Memphis y tener en cuenta la influencia británica de los setenta. Allí, Alex Chilton nadaba a contracorriente en una época en la que estilos como el glam, el blues-rock o el hard-rock eran pan de cada día. Mientras Chilton disfrutaba de su éxito con los Box Tops -una banda de soul-pop juvenil de la época, un grupo con un one hit como fue The Letter-. Alex Chilton siempre ha sido un hombre con talento, alguien que ha pasado épocas de desequilibrio y de desquicio emocional, pero que ha demostrado capacidad para hacer canciones de rock. Tras el concierto de los mentados, diversidad de opiniones entre el público; a algunos les había parecido un concierto desequilibrado, sin convencimiento y sin gancho; otros en cambio habían disfrutado sobremanera con las guitarras de Jon Auer y Chilton y sus electrificantes riffs. En definitiva, no fue un mal concierto, ni mucho menos, quizá en ciertos momentos le falto algo más de empaque y convencimiento pero en general fue una actuación digna. Les siguieron en el escenario grande Red Kross. El gran talento de esta banda se cimentaba en la erudición musical de sus dos elementos básicos, los hermanos McDonald, Jeff y Steve, dos luminarias de la cultura pop. Su concierto fue una buena muestra de que están en forma, que sus canciones aguantan y no decaen, y para sorpresa de buena parte del público más hard-rockero resultaba un grupo desconocido que acabó gustando. Entre actuación y actuación departíamos con un cantante de renombre de la escena euskaldun y coincidiamos en que el festival tiene un sabor claramente americano, no hay más que ver la selección de artistas estadounidenses en comparación con las apenas bandas inglesas que hay en el cartel. Pero, tras cinco ediciones hay que reconocer que el Azkena Rock Festival ha sido capaz de hacerse un hueco propio ofreciendo un sonido y unas bandas que antes difícilmente se podían ver juntas en un festival. Su hueco, ya lo tienen, ahora la clave esta en mantenerse. Entre tanto salían al escenario los californianos Buckcherry para ofrecer un show sumamente yankee. Poseedores de un «sonido L.A», los aficionado al rock de AC/DC o Gun’s and Roses seguramente le encuentren gracia y empaque a un grupo como éste: chicos tatuados, cuerpos de gimnasio, pose rock y medios tiempos heredados de grupos como Aerosmith. Una actuación que fue una demostración de estilo de la música americana deudora de los 70. Una batidora la suya que recoge desde el hard-rock y el blues-rock, a los Small Faces, a los Rolling Stones y a los propios Black Crowes. Y cerraban el cartel los New York Dolls. ¡Qué buen recuerdo guardábamos los que estuvimos hace dos años viéndoles debajo de una carpa porque la lluvia había inundado parte del recinto! Fue emocionante el poder ver en aquellas condiciones a un grupo así un escenario improvisado, pocos focos de luz... dándolo todo a sus fans. En esta ocasión estaban en el escenario grande y volvieron a demostrar que a pesar de ser un grupo del pasado tienen cosas que decir. Vale que el mítico Johnny Thunders ya no esté, pero tampoco sería justo juzgar al grupo por eso. Su actuación fue muy digna, rockera, cargada de versiones y nada pesada ni densa. Para quien no conozca a las Muñecas de New York decir que es un grupo fundamental para entender el rock de los 70. -
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