Han tenido que llegar los herederos de aquellos fascistas que envió Mussolini en auxilio de Mola para que nos arenguen sobre los peligros que acechan a Nafarroa.Decía ayer Pascual Tamburri en “El Semanal Digital” que no cabe llamarse a engaño porque «los nacionalistas vascos no darán un paso político más sin Navarra, o sin que haya una vía reconocible para la incorporación de Navarra a la futura nación vasca».
Se trata de preservar ahora el gobierno de la comunidad foral en manos de los neofaci, así que Tamburri adelanta que «Navarra va a vivir un curso político de una importancia y dramatismo sin precedentes en treinta años de democracia (...) sin Navarra no hay ‘proceso’, y todo ahora pasa por Navarra y los navarros».
Y se presta Tamburri a aconsejar sobre las técnicas de la defensa y aplaudir a los suyos:«Quien primero supo intuir la gravedad de la cosa fue el presidente Miguel Sanz Sesma. UPN se adelantó a todos sus rivales al designar al presidente saliente como candidato para otro mandato desde 2007, y era una idea excelente (...) el PSOE, en cambio, no ha acertado hasta ahora. La larga agonía interna para la designación de un candidato no termina de cuajar, y Pepiño Blanco está ofreciendo a los votantes una imagen de división en la que Carlos Chivite, Fernando Puras, la defensora del pueblo, el delegado del Gobierno de Madrid y quién sabe cuántos más están dispuestos a encabezar la candidatura».
Llegado a este punto, el asesor advierte de los riesgos
que corre la derechona requeté: «todo está en el aire. UPN ofrecía seguridad
frente a la inestabilidad y la división de sus alternativas. Pero existe la
tentación de dilapidar ese capital, ya que buscar forzadamente una imagen diferente, más policéntrica, podría convertir a UPN más que en la afirmación de unos principios en la mera negación de una amenaza. El resultado podría demostrarse nulo o incluso negativo en votos, porque una campaña basada en las certezas garantiza resultados, pero los experimentos de laboratorio en otras direcciones podrían demostrarse la mejor baza del adversario. Ni la movilización es siempre beneficiosa ni los ‘votos cautivos’ existen; no sé si lo enseñan así en las facultades de económicas pero les aseguro que tanto en las de historia como en las de políticas lo dejan muy claro. Ni siquiera en Navarra, como bien sabe Batasuna». Se les ve nerviosillos. Sonrían. -
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