«Yo no asumo que a esto pueda llamársele proceso de paz, cuando aquí no ha habido ninguna guerra». «UPN quiere la paz, no teme a la paz, pero sin contrapartidas políticas». «Que la alternativa KAS contiene puntos que pueden ser perfectamente mo- dulables en una negociación y que, en algún porcentaje, no quebrarían el marco jurídico establecido», «si ETA abandona las armas se podría hablar y negociar, y ahí Navarra va a estar y será generosa. En la medida en que se consolide la tregua y podamos hablar del abandono definitivo de la violencia, se podrá hablar de otras cuestiones como la política penitenciaria y la reinserción». «Hay que vencer, porque convencer a los terroristas no es posible». «Queremos que los españoles decidan sobre nosotros, pero que no decidan por nosotros». «UPN es conservadora desde el punto de vista de la ética, pero en políticas sociales somos más progresistas que nadie y en la política económica nos consideramos liberales». «La Navarra que UPN quiere es una Navarra en la que uno pueda sentirse navarro, vasco, español y europeo, todo al mismo tiempo. Son los nacionalistas los que dicen que es plural. Para nosotros no es plural, es singular, aunque diversa».

¿A qué se deberá esta, en apariencia, empanada mental de nuestro lehendakari? ¿Abducido quizás, por lecturas de Quevedo?: «Es hielo abrasador, es fuego helado,/ es herida que duele y no se siente,/ es un soñado bien, un mal presente,/ es un breve descanso muy cansado».

¿Por qué ese abuso del recurso literario de la antítesis? Debiera comprender nuestro nunca bien ponderado prócer que los navarros de a pie nos perdemos en el intrincado laberinto de su discurso. Sin la ayuda de Ariadna nos es imposible seguir el hilo argumentativo de la madeja conceptual del corellano. Y corremos el peligro de confundir churras con merinas en estos momentos en los que los navarros, al parecer de algunos, tenemos una crisis de identidad de agarra y no te menees.

Lo que en un principio parece kaos: ética reaccionaria, política social revolucionaria y economía liberal; deviene cosmos (orden) gracias a la navarridad, vasquidad, españolidad y europeísmo de UPN.

Sobre lo otro que dices, ¿qué quieres? Miguelico, hijo. No lo entiendo. No sé si debemos ser generosos con los malos o fusilarlos al amanecer como antes teníais por costumbre. -