ELA y LAB acusan a Confebask de colocar a Hobetuz «al borde del cierre definitivo»
ELA y LAB acusaron de manera directa a Confebask de «poner al borde del cierre definitivo» a la Fundación Hobetuz después de que la semana pasada los representantes de la patronal impidieran el desarrollo de los programas de formación integral por medio de los centros homologados. Eustakio Uranga, de ELA, y Pazis García, de LAB, reconocieron que el paso dado por Confebask «es muy grave» y dijeron que lo ha hecho porque «recibirán de los contratos-programa de Madrid hasta 10 millones de euros, lo mismo que CCOO y UGT». En esta situación, exigen a Lakua que actúe.
BILBO
Eustakio Uranga y Juan Cruz López, por ELA, y Pazis García y Josu Bilbao, por LAB, valoraron ayer de forma negativa el veto de Confebask en la última reunión de la Fundación Hobetuz con el que impidió al patronato la asunción de las diferentes órdenes fijadas por el Gobierno Lakua en la gestión de la formación continua. Ambas centrales confirmaron que el paso dado por la organización empresarial es «muy grave», ya que deja a Hobetuz «al borde de su cierre». El giro que ha adoptado Confebask, sumándose al boicot que desde CCOO, UGTy el Gobierno español han llevado adelante desde que surgió la fundación hace once años, tiene «un precio», según denunciaron ELAy LAB. «La razón de la posición de Confebask explicó Pazis García es bien sencilla: defiende el negocio que sus patronales provinciales tienen con la formación continua. En 2006, a través de los contratos-programa con el Estado español pueden llegar a gestionar hasta 10 millones de euros, otro tanto UGT y CCOO. Es por ello, que Confebask impide que Hobetuz, a través de los centros de formación profesional homologados, asuma la gestión de formación continua descatalogada, dado que en la actualidad campan a sus anchas, tanto las patronales, como los sindicatos CCOO y UGT». Hace tan sólo unas semanas se conoció, por la Encuesta de Costes Laborales del INE, que los empresarios vascos destinan menos a formación continua que a despidos, lo que fija las preferencias reales sobre la necesidad de conocer los últimos adelantos productivos. Eustakio Uranga precisó que «Confebask no quiere que haya un control de lo que hacen, por eso vetaron la puesta en marcha de los programas, lo que lleva a la liquidación de Hobetuz». Uranga reconoció, igual que lo hizo García, que «un modelo de formación profesional continua integral de calidad es necesaria en Euskal Herria». En base a ese diagnóstico, ELA y LAB pidieron al Gobierno de Lakua que «tome buena nota de la vergonzosa posición y del planteamiento inaceptable de Confebask», por lo que reclamaron al Ejecutivo de Ibarretxe que «asuma su responsabilidad sin plegarse al chantaje de la patronal». Las dos centrales se preguntaron además «qué es lo que impide impulsar un modelo propio de formación continua, con sus recursos económicos, centros propios y concertados, y su plantilla». Uranga precisó que «el Gobierno vasco debe jugar un papel necesario hacia esa vía». ELA y LAB también interpelaron al Gobierno tripartito de Lakua para conocer «cuándo asumirá de forma unilateral las competencias pendientes de ser transferidas y el correspondiente ajuste de cuentas en el momento de liquidar el Cupo». Reiteraron, a pesar de los inconvenientes, «nuestro compromiso con un modelo propio de formación continua, integral y de calidad que dé respuesta a las necesidades del tejido productivo y de los trabajadores». Pazis García y Eustakio Uranga afirmaron que en esta apuesta de futuro «se debe contar con la estructura técnica de Hobetuz y de su saber hacer en más de diez años».
Diez años de bloqueo y boicot al modelo tripartito
BILBO ELA y LAB reconocieron abiertamente que desde la constitución de la Fundación Hobetuz «se ha vivido una situación de crisis permanente». La atribuyen «al ataque sistemático al que se ha visto sometido desde el Estado español, la patronal y CCOO y UGT». El patronato para el impulso de la formación continua entre los trabajadores de la CAV surgió de un acuerdo interprofesional hace once años, al que se sumaron los cuatro sindicatos ELA, LAB, CCOO y UGT, Confebask y el Gobierno de Lakua, que lo asumió. Hobetuz, ante la exigencia mayoritaria de ELA y LAB, fijó un modelo de control y transparencia en la gestión de los fondos, en el que los centros de formación profesional se encargaban de impartir la formación y se limitó esa posibilidad a las organizaciones firmantes, lo contrario d lo que ocurre en Madrid, «con el objeto de evitar que la gestión de la formación continua se convirtiera en una vía de financiación directa o indirecta de las organizaciones que optaban a ese modelo». Sin embargo, ni la patronal española, ni CCOO ni UGT aceptaron el modelo, a juicio de ELA y LAB, por lo que se produjeron una serie de obstáculos que impidieron la llegada de la financiación. Los trabajadores de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa cotizan 50 millones anuales para formación, pero de Madrid a Hobetuz «en los tres últimos años no ha llegado ni un duro». Sin embargo, los contratos-programas españoles han movido 7,10 millones, 15,8 millones y 19,02 millones.
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