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Gara > Idatzia > Ekonomia 15-10-2006
Peru SASIA | Director general de Banca Etica de Fiare
«A partir de 2010 operaremos ya como una cooperativa de crédito»
El director general de la Banca Etica Fiare hace balance del primer año de actividad, periodo en el que han llegado a captar 6,5 millones y cuentan con solicitudes de financiación por otros siete millones. La banca ética trata de hacer que las finanzas tengan «ojos y rostro humano» para conseguir un mundo más equilibrado a nivel social.

El pasado 3 de octubre cumplió un año la primera iniciativa de banca ética en Euskal Herria. La Banca Etica Fiare, amparada por la Banca Etica Popolare de Italia, está dando pasos firmes en su camino de tratar las finanzas desde un punto de vista diferente al modelo de la banca tradicional. El próximo día 24 celebrará su primer aniversario en un acto público en la sala Bilborock. Tiene su sede en la calle Santa María de Bilbo, en pleno Casco Viejo, y también ofrece servicios en Donostia e Iruñea. En Gasteiz abrirá una sede a comienzos de 2007.

En un año ha logrado 6,5 millones en depósitos «mediante el boca a boca, prácticamente», pero la demanda de financiación supera esa cantidad, según relata Peru Sasia, director general. En 2007 iniciarán la tercera etapa del proyecto, que consiste en preparar el terreno para, en 2010, lograr tener una ficha bancaria como cooperativa de crédito y desligarse de sus compañeros italianos.

­¿Qué balance hace de este primer año de actividad?

Es positivo en la medida en la que seamos capaces de transmitir un mensaje de confianza, de que somos una iniciativa bancaria ética en la que merece la pena confiar, en la que se puede trabajar y, desde el punto de vista de financiación, de que podemos dar respuesta a las necesidades de diferentes organismos. Podemos hablar de éxito, por lo menos de cumplimiento de las expectativas, si no a nivel cuantitativo, sí a nivel cualitativo. Fiare se ha consolidado como una propuesta que puede llegar de Euskal Herria al resto del Estado español.

­¿Cómo se palpa ese éxito?

Por varios indicadores. A nivel cuantitativo, hemos sido capaces de recoger, en números redondos, 6,5 millones de ahorro, algo por debajo de las expectativas. Más importante es que hemos conseguido financiación por valor de 1,2 millones, pero tenemos solicitudes aprobadas, que están pendientes de firma, por valor de hasta 7 millones. Es un respaldo muy interesante. Otro indicador es que el proyecto Fiare es convocado a cualquier entorno en el que se hable de finanzas alternativas, solidarias y de banca ética, no sólo en el entorno de Euskal Herria sino también en el Estado español.

­Dice que han obtenido fondos por debajo de las previsiones, ¿a cuánto ascendían?

Nuestro plan de viabilidad preveía acabar con 10 millones en diciembre de 2006. Todavía nos quedan tres meses, pero no creo que lleguemos. Es un proyecto germinal y, por lo tanto, no nos preocupa tanto, porque sabemos, que poniendo más énfasis y acercándonos a las entidades colaboradoras y más a la gente, daremos un empujón para la recepción de recursos.

­¿Se desligarán en 2010 de la Banca Etica Popolare italiana?

No ha habido cambios sustanciales en esa posición. En el horizonte existe una posible banca ética europea, pero nos pilla un poco lejos. En todo caso, seguimos diciendo que queremos llegar a 2010 teniendo suficiente actividad propia, suficientes recursos propios como para intentar operar como una cooperativa de crédito autónoma, implantada en todo el Estado español, que no sea ni sucursal ni agente de otra entidad mayor. Sera una entidad propia e independiente.

­¿Provocará la implantación un esfuerzo multiplicador de su trabajo para lograr esa expansión?

Estamos en conversaciones avanzadas con redes importantes del Estado español. En Madrid, en Catalunya, en Levante y Andalucía. Probablemente en 2007 lleguemos a un acuerdo de implantación en Catalunya, con un colectivo que tiene un perfil parecido al de Fiare.

­¿Qué objetivos se marca para el segundo año de actividad?

Va a estar marcado por un tercer pilar importantísimo. Primero, consolidamos una red de entidades, que asumió el germen del proyecto y lo lanzó. Eso lo hicimos durante el 2004 y 2005 con la fundación Fiare, que cuenta en su seno con entidades de acción social de Euskal Herria. El segundo pilar fue empezar a ofrecer servicios financieros, productos de ahorro y financiación. Lo estamos consolidando, y habrá que avanzar al ritmo que sea. El tercer pilar se encuentra en la captación de capital social.

­¿Se refiere a obtener el permiso de cooperativa para poder operar en el mercado?

Sí, claro. Tenemos que empezar a preguntar a la ciudadanía si quiere ser dueña, si quiere ser socio cooperativista de un banco. Tenemos que llegar a 2010 con un nivel de depósitos (60 millones) y con un volumen de préstamos (30 millones), pero tenemos que tener 10 millones de capital social. Es el reto para 2007. Lo haremos generando asociaciones de apoyo al proyecto Fiare en Euskal Herria. Arrancarán antes de que termine el año. Ese es el objetivo.

­¿Qué cantidades serán necesarias aportar al capital social de la cooperativa?

Las aportaciones mínimas que vamos a pedir no van a ser muy elevadas, sino que estarán en torno a 100 euros, seguramente. Va a tener una posibilidad de reversión. No es regalar por regalar el dinero. Pero, ya lo iremos concretando más adelante. Es necesario que la gente vaya dando ese paso.

­¿Ha notado que la presencia de la banca ética haya alterado al sistema bancario tradicional?

Hay reacciones de todo tipo. El volumen con el que trabajamos es absolutamente ridículo en relación a las operaciones del resto de cajas y bancos. No sé que decimales representaremos. Sin embargo, sí es cierto que aquellas entidades que están preocupadas por un posicionamiento en el mercado y por ser reconocidas como entidades financieras éticas sí nos ven como una amenaza. No tanto en volumen, sino en cuanto a legitimación social, o algo por el estilo. Nos encontramos también con entidades que ni saben que existimos ni les preocupa en absoluto. Hay otras que nos ven con otros ojos, que sabiendo cuál es su rol social, nos apoyan, nos animan y nos dan soporte.  

­Dígame, por favor, cuánta gente está detrás de los depósitos de 6,5 millones

Alrededor de 250 depositantes, con un depósito medio de 30.000 euros. Quiere decir que las primeras respuestas han venido, sobre todo, de entidades, y de personas con un cierto poder adquisitivo.

­¿Han pensado en modificar las cantidades necesarias para hacer un depósito que, si no recuerdo mal, se encuentra en 3.000 euros?

Sí. Vamos a bajar el límite mínimo del ahorro. Ahora lo tenemos en 3.000 euros, no se pueden hacer depósitos por debajo de esa cantidad, con lo que ya sabemos que estamos mermando la entrada de nueva base social. Mucha gente joven con baja capacidad de ahorro no pueden entrar en el proyecto para tener inmovilizados 3.000 euros en un tiempo. En breve, vamos a bajar los depósitos mínimos a 1.000. Vamos a asumir un coste de estructura, porque nos interesa muchísimo ampliar la base social. Un proyecto de estas características es más sólido cuando más entidades hay detrás, entidades y personas físicas.

­¿Qué base social tienen sus socios italianos?

Los italianos tienen 24.000 socios depositantes. Nosotros, 250. Tenemos que conseguir solidez para el proyecto.

­¿Quiere decir que debe calar y extenderse como el sirimiri?

Claro. Se habla mucho de la capilaridad, pero es cierto, debe calar poco a poco, como lo hace el sirimiri.

­¿Ve dispuesta a la gente para hacer ese esfuerzo?

Sí, pero no con el discurso ingenuo de que ‘seamos buenos como hay mucha injusticia en el mundo hay que...’ El discurso moral no atrae, tiene que funcionar un talante práctico. Estoy convencido de que hay mucha gente que no sabe lo que le retribuye el banco por el dinero que tiene depositado. Quienes tienen grandes cantidades seguro que sí, pero la mayoría de los titulares de las cuentas corrientes, no. La pelea no es el tipo de interés del depósito. No es esa.

­¿Cuál es?

Hay una pequeña labor que debemos hacer para que nos sacudamos un cierto adormecimiento. Estoy convenido de que a un ciudadano le haces ver lo que ocurre con la cadena de intermediación financiera y tomaría decisiones distintas.

Cada pequeña cantidad de un depositante se suma a pequeños dineros de miles y miles de clientes y con esos cientos de miles de millones de euros el banco hace absolutamente lo que quiere, con mi dinero y sin mi permiso. En banca, al ahorro se le llama pasivo, nunca mejor dicho. El ciudadano no hace nada. Estoy convencido que el ciudadano sin hacer esfuerzos heróicos, pero informándose un poco de lo que hacen las entidades financieras con nuestro dinero, seguramente preguntaría por otras fuentes. Es lo mismo que si yo supiera quien ha hecho los zapatos y el balón de fútbol que me he comparado esta mañana, igual me ruborizaría. Merece la pena que sacudamos esa parte de conciencia adormilada. En todo caso, en la banca ética Fiare ofrecemos un producto que al ciudadano no le pide que deje demasiadas plumas. Retribuimos un punto menos de interés en los depósitos que el que abonan los más agresivos del mercado. Estoy diciendo que un depositante pierde al año 30 euros en un depósito de 3.000 euros y el calendario y la cubertería, por ejemplo. Creo que merece la pena entrar en un proyecto de transformación social como el que tratamos de sacar adelante.

­¿Es difícil competir desde un banco alternativo con las ofertas agresivas de los bancos tradicionales?

Las conciencias de los consumidores de productos financieros no están adormiladas solas, sino deliberadamente adormiladas por las incesantes campañas de publicidad, con el entra- mado de la globalización. Ahora interaccionas con el banco a través de una tecla del ordenador. Es difícil que la banca alternativa ocupe un lugar importante en un breve plazo.

­¿Cuál es su reto?

Nuestro reto no tiene que ver con transformar las entidades tradicionales. El campo de batalla se halla en convencer al consumidor de que puede comprar en otros sitios, lo mismo que compara café, servicios financieros y con garantía suficientes. -



«Estamos generando confianza entre la gente para que entre en nuestro modelo ético de finanzas»
Se lamenta de que todavía no hayan conseguido más depósitos que solicitudes de créditos porque querrá decir que no se podrán atender las iniciativas si no llega dinero. Peru Sasia pide a quienes tengan la intención de abrir depósitos que «lo hagan cuanto antes, para poder atender las solicitudes de financiación que tenemos».

¿Empezar desde abajo aporta más solidez al proyecto?

Esa es la idea que manejamos. No es un crecimiento corporativo descendente de alguien que tiene dinero, recursos, ... e invierte para lograr unos incentivos más elevados, sino que nuestro proyecto es ascendente; va implicando a los agentes sociales y, a partir de ahí, creando tejido social. Es más lento. Tiene más desgaste, ya lo sabemos, pero tiene que ser así, no puede ser de otra forma.

­Bancos por internet, escándalos financieros como los de Fórum Filatélico y Afinsa, ¿perjudican vuestra imagen?

Hace poco me preguntaron si lo que está ocurriendo es bueno para nosotros, porque desaparecen los competidores. Creo que no es bueno. De hecho, ING Direct ha perdido clientes con los escándalos de Afinsa y Fórum Filatélico. Nuestro reto sigue siendo generar confianza. Cuando surgen los escándalos, la gente se va a una entidad de toda la vida, tradicional, a los bancos que todos conocemos. Eso ocurre con el gran consumidor; no estamos en esa batalla.

­¿En cuál están?

Trabajamos para que la sociedad se dé cuenta de que se debe actuar con precaución cuando te ofrecen superrentabilidades y chollos. Existen riesgos en sí, propios del mercado de la renta variable, y hay timo. Hemos conocido algunos. Ese discurso debe calar en los ciudadanos, deben ver que en la intermediación financiera si rascas un poco ves que no es oro todo lo que reluce. Hay que enterarse de qué intermediación financiera está detrás de ciertos escándalos, de lo que está pasando con nuestro dinero. Esa es la clave.

­¿Ofrece Banca Fiare garantías de no especulación?

Las garantías de que se dota Fiare tienen que ver con la rendición de cuentas y con una política absolutamente transparente y de vigilancia.


 
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