IRUÑEA
Aunque el proceso político actual no tiene como horizonte cercano la independencia sino la aceptación del derecho a decidir de la ciudadanía vasca, esta cuestión es objeto recurrente de análisis y ofrece una evolución nítida. Los partidarios de la independencia van en aumento. Pero, sobre todo, crece vertiginosamente el de quienes remarcan que se debe dejar decidir entre todas las opciones, incluida por tanto la de la independencia.Empezando por este aspecto más cercano en el tiempo y más central en el actual debate político, la encuesta más reciente, el llamado Sociómetro Vasco elaborado por el Gabinete de Prospecciones Sociológicas con encuestas realizadas en mayo, muestra que el 63% suscribe que «todas las opciones deberían ser posibles, incluida la independencia, en una sociedad democrática y en ausencia de violencia».
La misma pregunta había sido formulada apenas tres meses antes, con el alto el fuego de ETA por medio, y entonces dijeron sí tres puntos menos. Los que entienden que la independencia es implanteable, incluso en el escenario descrito, no pasan del 21%.
El sondeo hecho por este gabinete en febrero fue más allá y planteó si los encuestados están de acuerdo con la previsión legal actual de que «el Estado debe defender la unidad de España por todos los medios, incluida la fuerza». El 8% se muestra a favor, pero en el otro lado se posiciona el 80%. Entre los jóvenes de 18 a 29 años, sólo el 5% da por bueno el artículo VIII de la Constitución española.
Con estos datos, circunscritos siempre a Araba, Bizkaia y Gipuzkoa por falta de encuestas similares en otros territorios, se comprueba que la demanda de independencia no es baladí en Euskal Herria.
«Grandes deseos»
Un ejemplo llamativo es el del último Euskobarómetro, en el que habitualmente se pregunta por esta opción dentro de un bloque de cuestiones que ponen el acento en supuestos perjuicios económicos o incluso en la posibilidad de tener que salir del país si triunfara la opción independentista. Pese a que en las conclusiones se dice que «los deseos de independencia siguen siendo minoritarios», los datos parecen indicar otra cosa: un 39% reconoce «grandes deseos», un 23% opta por «pequeños», y el 24% escoge «ninguno».
El interrogante más claro es el formulado por el Sociómetro Vasco, que además lo hace de forma periódica del mismo modo, lo que permite conocer con exactitud cómo evoluciona el independentismo en estos tres herrialdes. En la última encuesta (mayo) el 32% se mostró a favor de la independencia, lo que constituye un incremento de nada menos que cinco puntos respecto al periodo anterior al alto el fuego (27% en febrero). Y, sobre todo, confirma una tendencia al alza más o menos continua.
Según las circunstancias
Quienes se muestran en contra de la independencia siguen siendo algunos más que los partidarios declarados, pero la clave de la cuestión está en cómo se pueda plantear, ya que el 19% decisivo se sitúa en la opción intermedia de «según las circunstancias».En un ejercicio de política-ficción, el Sociómetro elaborado en mayo instó a los encuestados a decidir cuál sería su voto en un referéndum ahora mismo. Y ganó el sí (38%) frente al no (31%), la abstención (13%)y el «no sabe, no contesta» (19%). Un dato que no es concluyente, pero que sí confirma tendencia y abre expectativas para el día en que se levante el actual muro contra la libre decisión de la ciudadanía vasca.