Bajan revueltas las aguas del Cadagua cual riada sin control, y parece, si nadie lo remedia, que van a borrar de sus márgenes el futuro de la Enkarterri industrial que conocemos, y con ello en buena medida el futuro de los habitantes naturales de esta comarca.
El presumible cierre de Reckitt Benckiser no es más que otro paso en la cadena de movimientos que se están produciendo en Enkarterri, fruto del diseño de futuro que para esta zona tienen marcado Gobierno vascongado, Diputación y ayuntamientos.
Intentar resumir el cierre de esta empresa únicamente como un problema de deslocalización es cuando menos demostrar un profundo desconocimiento de nuestra problemática, cuando no hacer el caldo gordo y obviar las responsabilidades que las citadas administraciones (PNV) tienen en este asunto, aunque, claro, algunos tienen mucho que callar, ya que han sido, y son, partícipes de la política desarrollada hasta el momento, la cual es una de las causas que han posibilitado esta situación.
En estos tiempos de alta tecnología y sociedad de la información no estaría mal que los que tienen acceso a Internet localizasen una foto hecha por satélite de la zona de la fábrica. Rápidamente podrán apreciar cómo se encuentra rodeada de viviendas y por el río en tres de sus cuatro lindes.
En el único lado libre hay un terreno que la fábrica compró inicialmente con la intención de expandirse y que las instituciones recalificaron como urbano, para que Reckitt terminara vendiéndolo sacando pingües beneficios, provocando, a su vez, que la fábrica termine rodeada de pisos y chalets adosados y sin posibilidades de ampliación.
El diseño del PNV para el desarrollo de Enkarterri, según sus propias palabras, es el de hacer de ella una zona de servicios. Con el paso del tiempo nos estamos dando cuenta de que se les olvidó añadir a los servicios el resto de la casa, como la sala de estar, los dormitoriosŠ Nuestra entorno va a ser una zona de ladrillo, invadida por la especulación urbanística y, cuando no haya posibilidad de ello, la convertirán en el patio trasero de Bizkaia, colocándonos todos los vertederos, incineradoras, líneas de alta tensión, canteras, parque eólicos... que les vengan en gana a los jauntxos del PNV.
Nuestra ya de por sí olvidada Enkarterri nunca ha tenido un proyecto de desarrollo industrial, y las instituciones no han mostrado ningún interés en ello.
Lo que otrora fuera pujante industria del mueble en la zona ha tenido que «emigrar» a Burgos en busca de suelo industrial para desarrollarse debido al enorme «impulso» dado por nuestras instituciones al establecimiento y consolidación de industria en la zona. Sólo hay que preguntar por la cantidad y el precio de nuestro suelo industrial.
A la hora de aportar subvenciones en proyectos locales se recurre casi al chantaje para que las cosas discurran por los caminos que ellos marcan; en Karrantza los ganaderos saben mucho de esto, dado también el «apoyo» que recibieron para la creación de la cooperativa con la que intentaban garantizar el futuro de la industria agrícola lechera.
En Balmaseda, a otra de las industrias insignia de la zona, Talleres Fabio Murga, la han «empujado» a otro lugar mediante un convenio urbanístico con interesantes recalificaciones, en el que, aunque no puedan proporcionarle finalmente el suelo necesario para su traslado, la fábrica tiene que marcharse de donde está, es decir, cerrar y, si finalmente se produce el traslado, «desaparecerán», además de las maquinas viejas, más de veinte puestos de trabajo.
Tampoco olvidamos que al otro lado del río donde se sitúa Reckitt hay una serie de industrias papeleras cuyo futuro pende de un fino hilo con al parecer fecha de caducidad hacia 2009.
Entendemos que para algunos pueda parecer un poco tremendista hablar del número de puestos de trabajo si lo comparamos con el total de Euskal Herria, pero sólo desde el conocimiento de Enkarterri y su desarrollo industrial se entiende la repercusión que para sus habitantes naturales tendrá lo que está ocurriendo.
Siempre nos hemos quejado de lo abandonados que hemos estado, por eso mucha gente recibió con entusiasmo la «autovía» que nos iba a unir con Bilbo. Posiblemente esté concluida para 2007, cuando en un principio iba a terminarse allá por 2017. Al parecer la Diputación se ha dado cuenta de su «urgencia» de la noche a la mañana. Regalo envenenado que encaja perfectamente en sus planes. Una zona con excelentes perspectivas urbanísticas que, si nadie lo remedia, en los próximos tiempos verá cómo desaparecen sus industrias más importantes, crece urbanísticamente de forma espectacular y cómo su juventud y los sectores más desfavorecidos tendrán que emigrar, ya que vivir en Enkarterri será imposible.
Mientras tanto, ante el cierre de Reckitt, algunos aparecen para jugar frívolamente con nuestra zona y, como si de magos se tratase, prometen crear casi tantos puestos de trabajo como Felipe González cuando llegó a Moncloa. No somos pocos los que pensamos que si de verdad tienen tanta capacidad no hacía falta esperar a que cerrasen una empresa para crearlos, dada la necesidad que tiene la zona de regeneración industrial, con un gran porcentaje de su población abocada ya a trabajar fuera de Enkarterri.
Otra cosa es que a lo mejor necesitan algo de tiempo para así organizar mejor esas oficinas «clandestinas» del INEM que tienen montadas en la zona, conocidas con el nombre de «batzokis», para continuar de esa forma con el histórico «pesebrismo» que sufrimos en nuestros pueblos y que algunos ya entienden como lógico y normal, llegando a impregnar todas nuestras instituciones.
Pero nosotros, aunque llevemos treinta años padeciéndolo, no nos vamos a acostumbrar a ello ni a aceptarlo. Sabemos que no nos queda otro remedio que seguir luchando para que Enkarterri ocupe el lugar que le corresponde en Euskal Herria y no desaparezca en un mar de cemento y hormigón.
Obras son amores, dicen, y los ejemplos son el reflejo de lo que decimos. Promesas de creación de puestos de trabajo, como la compra, en esta legislatura, por parte de la Diputación de un edificio singular en Balmaseda (palacio de Villa Lola), en el cual supuestamente iban a hacer un hotelŠ Sin terminar la legislatura lo han vendido en subasta y ahora construyen viviendas de lujo a 6.000 euros el metro cuadrado.
La izquierda abertzale, con motivo del 1 de Mayo, hizo una campaña de denuncia en la que se llamaba la atención sobre algunos de los aspectos que están saliendo a la luz estos días, lo que indica lo acertado de los análisis que realizábamos.
Enkarterrin Lan eta Bizi! debe ser algo más que un lema para los habitantes del eskualde, los que no queremos marcharnos, los que queremos un futuro digno para Enkarterri. Para nosotros Enkarterrin Lan eta Bizi debe ser una llamada a la lucha, a la defensa del pasado, el presente y el futuro de nuestros pueblos y sus habitantes. -
(*) Junto a Julen Jauregi firman este artículo los también ex concejales de la izquierda abertzale Kepa Camino (Galdames), Asier Intxausti (Alonsotegi) y Agustina Peral (Zalla)