Y no son nada tontos los políticos profesionales curtidos en las democracias modernas que padecemos en este pueblo. Han hecho de la política algo tan podrido que cada vez más gente identifica lo que es elemental y unido a las personas como algo de lo que viven y muy bien unos pocos a costa de muchos. Una especie de rapiñas que pasan por encima de todo, incluso de derechos fundamentales, con tal de mantener su estatus para poder aumentar su poder. Y saben lo que hacen y por encima de lo que deben pasar, donde más duele: Los presos y presas políticas de Euskal Herria.
Los presos políticos son la prueba de que la ciudadanía vasca no acepta y se rebela ante la situación impuesta; son el ejemplo más claro de la causa, naturaleza y desarrollo del conflicto. Y son el ejemplo más claro del recorrido para su solución. Al fin, son el ejemplo de la dignidad de este pueblo.
El objetivo de la política penitenciaria contra los y las vascas encarceladas a consecuencia del conflicto político no ha cambiado, aunque se readecue dependiendo de la situación política. Durante la trayectoria de la política penitenciaria, este objetivo se ha ido reforzando mediante la aplicación de nuevas medidas represivas. Ese objetivo no es otro que el de romper a la persona presa y a la persona militante; y así, romper el colectivo que conforman.
No es casualidad que los mecanismos represivos contra presos y presas políticas se hayan reforzado a la vez que se iba abriendo una expectativa de resolver el conflicto. Este hecho significativo tiene que ver con la verdadera voluntad de los estados de cara a resolver el conflicto que ellos mismos provocan al imponer unos marcos políticos basados en la partición y negación de este pueblo. Le quieren dar una solución al conflicto, sí, pero una solución que les acarree los menores costes posibles. Una solución que cambie lo menos posible el actual estado de las cosas.
Si históricamente han negado y reprimido brutalmente los derechos de este pueblo y los de su ciudadanía, ahora, de repente, no van a cambiar totalmente esa postura. Y más, si desde Euskal Herria hay sectores que se han favorecido de la partición para montar su propio monopoly, aprovechándose de la lucha de este pueblo y todo el sufrimiento que ha generado. Caso de UPN y PNV. Por el contrario, la dignidad, resistencia y coherencia demostrada por la izquierda abertzale nos ha traído a esta nueva oportunidad histórica. El compromiso demostrado por miles y miles de ciudadanos y ciudadanas vascas para con los derechos de este pueblo ha inutilizado todos los mecanismos represivos, desde la ocupación policial hasta las leyes y tribu- nales de excepción. Esos instrumentos represivos se han demostrado ineficaces para dar una salida policial al conflicto. Por eso se ven en la necesidad de negociar. Pero el PSOE no lo hace con valentía y responsabilidad, lo hace para intentar alcanzar de otra manera su objetivo de mantenimiento de poder y asimilación de este pueblo en las realidades española y francesa. Y el PNV para intentar conseguir de una situación de la que no ha sido impulsor más competencias, más poder, siempre «cómodo en España».
Y aun con el proceso de resolución del conflicto abierto, con contactos políticos más o menos públicos, siguen presionando donde más duele para ceder lo menos posible, llevando al extremo más absoluto la situación de presos y presas políticas: Aislamiento, tensión continua, recorte paulatino en las comunicaciones, no excarcelación de presas y presos gravemente enfermos, no excarcelación de presos y presas que han cumplido íntegramente las condenas impuestas en su día por sus tribunales de guerra. Y es que saben que superar la situación de los represaliados, hacer que no haya más presos, torturados, muertos y perseguidos por cuestiones políticas es la clave para la resolución del conflicto.
El compromiso es el camino. Durante estas semanas, decenas de vascos y vascas estamos participando en ayunos semanales para comprometernos a favor de los derechos de los y las presas políticas vascas. No podemos permitir que se chantajee a los derechos legítimos de este pueblo con la situación de los presos. Ellos no son la causa del conflicto, sino una de sus consecuencias más visibles. Encarcelados por luchar, de una u otra manera, por los derechos de este pueblo. Desde sus diversas procedencias, se unen y conforman el Colectivo de Presos y Presas Políticas Vascas para defenderse de la política penitenciaria y para seguir luchando por los derechos de este pueblo. Es algo muy sencillo y fácilmente perceptible: comunicados cargados de generosidad y dignidad, dinámicas de lucha diversas que acarrean castigos y el empeoramiento, todavía más, de sus condiciones de vidaŠ Los derechos de los presos políticos no tienen que ver con la coyuntura política, se deben de respetar sea cual sea, pero en cambio los y las presas sí que tienen que ver, y mucho, con el conflicto. Hay que asegurar su participación en el proceso político vasco si queremos llegar algún día a una situación en la cual no se den las condiciones para que vuelva a haber represaliados políticos.
Ante los intentos de Zapatero de jugar con los derechos de presos y presas para intentar lograr una ven- taja política, pensamos que la repatriación del colectivo a Euskal Herria con todos sus derechos, tanto individuales como colectivos, cubiertos, así con la excarcelación de los presos políticos que deberían estar en la calle es un mínimo democrático que cualquiera que se defina demócrata en este país debería de defender e implicarse en su consecución, por las consecuencias tan graves que la actual política penitenciaria supone y porque es el paso para que se dejen de utilizar derechos fundamentales en clave política. Es el mínimo que desde ya deben cumplir los estados, sea cual sea la situa- ción o coyuntura política.
Hay que darles donde más duele. Demostrar que Euskal Herria no permite que se juegue con los presos y presas como mercancía política es lo que más les duele y no saben como explicar la marea solidaria que se crea en este pueblo para con los y las represaliadas políticas.
La situación de los y las presas exige que nos comprometamos todos y todas, de manera individual y colectiva, en el día a día para impulsar la dinámica que blinde estos derechos robados por un supuesto Estado de Derecho en busca de ventajas políticas. Cuanto antes debemos de blindar y asegurar desde Euskal Herria los derechos del colectivo: Haciendo posible que sean participes de la vida po- lítica y social de este pueblo, haciendo de altavoces de las vulneraciones de derechos que se producen en las cárceles, haciendo nuestra, introduciéndola en nuestro día a día, la reivindicación de la repatriación, impulsando de diferentes maneras iniciativasŠ presionando, al fin y al cabo, y dejando en evidencia lo que reclama este pueblo.
El compromiso y la lucha de este pueblo debe de acabar por doblegar definitivamente la imposición y el genocidio milimétricamente diseñado desde dentro y fuera de este pueblo. El compromiso y la lucha debe forzar a quienes históricamente nos han negado la existencia y el derecho a decidir, imponiéndonos una guerra, para que se dé una solución democrática al conflicto. Respondiendo a sus verdaderas causas, crear un marco democrático para Euskal Herria en el que todos los proyectos políticos puedan ser defendidos y alcanzados, con los presos y refugiados políticos en casa y las fuerzas de ocupación fuera de este pueblo. -
(*) Firman este artículo Xabin Juaristi, Fernando Arburua, Iñaki Reta, Gotzon Zabaleta, Ainara Calvo, Jaione Karrera, Juan Mari Olano e Iñaki Iribarren, miembros del Movimiento pro Amnistía que se encuentran en huelga de hambre