Secours Catholique o Cáritas lleva a cabo esta semana
su campaña anual de recogida de fondos. Su presidente recuerda en esta
entrevista concedida a GARA las necesidades de la sociedad y el trabajo que
lleva a cabo su asociación.
¿Cómo está organizado Secours Catholique en
Ipar Euskal Herria?
Hay una delegación en Baiona en la que hay cuatro
trabajadores y tenemos dos voluntarios civiles. Esta es la base y además hay 16
equipos que se reparten por todo Ipar Euskal Herria, en total hay 480 traba-
jadores en diferentes pueblos y ciudades como Donapaleu, Garazi, Maule,
Atarratze, Biarritz, Donibane Lohizune...
¿Qué tipo de personas recurre a su ayuda?
En gran medida, las familias monoparentales. También
gente que busca trabajo o que lo tiene pero que no llega a fin de mes. Esto
último es algo que ha aumentado mucho este año. En Baiona también hay un equipo
que se ocupa de ayudar a la gente sin hogar. Se da acogida a la gente que lo
necesita. Hemos hecho obras para mejorar las instalaciones y abriremos la sede
el martes. Llegamos a acoger entre 40 y 50 personas sin hogar al día. Aquí
pueden ducharse, tomar un café, limpiar la ropa y estar tranquilamente. Ese es
el mayor trabajo de la sede de Baiona, donde también se acoge a las familias.
La asociación acaba de publicar el informe
sobre la pobreza.
Sí, todos los años Secours Catholique hace sus estadísticas. Cada vez que recibimos alguien que necesita nuestra ayuda lo apuntamos, por lo que son estadísticas fiables. Todos los datos se envían a París y se contabilizan allí. En todo el Estado trabajan 70.000 voluntarios en nuestra asociación. En Euskal Herria está presente en casi todos los pueblos.
¿Quien solicitó más su ayuda el año pasado?
Las personas que vinieron solas en 2005 fueron el 39,5%,
es una cifra que no ha variado. En el caso de las familias monoparentales es
parecido, de un año a otro la cifra se ha estabilizado alrededor del 37%, aunque
en los últimos año sí hemos notado un gran aumento.
Uno de los grandes problemas hoy en día es
la gente que vive en la pobreza, incluso teniendo un empleo.
En 2004, el 19% de las personas que vino a vernos tenía un empleo y en el año 2005 hubo un 25% de personas que trabajaban pero que necesitaron nuestros servicios. Ello quiere decir que, incluso contando con trabajo, hay situaciones de pobreza importantes. Entre las que buscan trabajo se ve la tendencia inversa, evidentemente. En lo que se refiere a estudiantes o jubilados, inactivos laboralmente, el porcentaje se mantiene estable, alrededor del 42%.
¿Cómo viven estas familias que trabajan pero
que no llegan a fin de mes?
Hay personas que duermen en los coches. Es gente que
trabaja pero que tiene empleos precarios y no puede pagarse un alquiler, por lo
que duerme en su coche. Vienen aquí a darse una ducha y se van al trabajo.
También se ven, cada vez más, tiendas de campaña. Es gente que no tiene casa y
que vive en una tienda de campaña.
¿Han habido otros cambios importantes en el
informe?
Ha aumentado mucho la media de la gente endeudada que no consigue pagar los servicios básicos para vivir. En 2004 la media de las deudas era de 761 euros y en 2005 hemos pasado a 1.045 euros, es mucho. El porcentaje de gente que no consigue llegar a fin de mes no ha variado, pero lo que sí ha aumentado es la cantidad de las deudas. Los salarios aumentan muy poco, pero el precio de los servicios mínimos aumenta.
¿Cuánta gente acudió a Secours Catholique en
2005?
Contabilizamos 5.500 situaciones de pobreza en las que intervenimos en Ipar Euskal Herria. Pero no quiere decir que estas 5.500 sean las personas ayudadas. Han sido muchas más, porque cuando viene una familia a pedir ayuda se cuenta como una ayuda, pero hay más de una persona implicada. Como media son tres personas en cada actuación, unas 15.000 personas, y hemos constatado que el mayor aumento de peticiones de ayuda se ha dado en Biarritz. Parece paradójico, pero ha sido el equipo que ha tenido la mayor cantidad de peticiones, y en 2006 será igual.
Secours Catholique forma parte de las
asociaciones que han puesto en marcha el plan «Gran Frío».
Sí, ahora que contamos con un local se están haciendo los
trabajos para adecuarlo a las necesidades, para que el plan pueda ponerse en
marcha del 15 de diciembre al 15 de marzo. Como es un edificio fijo, no móvil
como hasta ahora, estamos hablando con CABAB para ver si podría utilizarse fuera
de la época del plan, porque el hospedaje es necesario durante todo el año y las
instalaciones que teníamos hasta ahora no son suficientes para acoger a toda la
gente que lo necesita. -