BERLIN
Un ex alumno de una escuela secundaria de Emsdetten (oeste de Alemania) dejó ocho personas heridas de bala y finalmente se mató tras asaltar el centro para consumar una venganza contra su profesorado. El joven, de 18 años, fue hallado muerto en un aula del segundo piso de la escuela, dos horas después de haber entrado en el centro disparando a discreción. El ex alumno llevaba dos fusiles de cañones recortados, una máscara de gas y artefactos explosivos sujetos al cuerpo, así como un cuchillo. Según informaciones policiales, el individuo había anunciado en su página de internet, en la que aparecen fotos suyas vestido con traje militar de camuflaje y empuñando armas, su intención de «vengarse» de ese centro. «Lo único que se me ha enseñado en esa escuela es que soy un perdedor», escribió el joven, del centro educativo Hermanos Scholl, preparatorio para la formación profesional.
El objetivo prioritario de su acción iba a ser «el personal docente, porque ellos son quienes han ayudado a que me encuentre en la situación que estoy», prosiguió, en una especie de carta de despedida en internet. Según las investigaciones en curso, el joven tenía que comparecer hoy ante un tribunal, para responder de la acusación de tenencia ilegal de armas.
El ex alumno irrumpió en la escuela por la mañana y, tras abrir fuego indiscriminadamente, recorrió varias de las estancias para finalmente parapetarse en la segunda planta. Seis de los heridos de bala eran alumnos del centro y los dos restantes una profesora y el bedel de la escuela, quien ingresó en el hospital con una herida en el estómago.
Hubert Wimber, responsable del operativo policial, explicó que trataban de esclarecer si el joven de Emsdetten se suicidó con su pistola o si murió de forma fortuita, con disparos de su arma o al estallar los explosivos que llevaba sujetos al cuerpo.
Tras entrar en la estancia donde fue encontrado muerto, los artificieros desactivaron los artefactos, mientras se evacuaba el edificio. La estancia estaba llena de humo, puesto que la policía había lanzado gases lacrimógenos.
Según medios alemanes, algunos ex compañeros del agresor aseguraron que, además de su afición a las armas, el autor del asalto era conocido por sus aficiones a cultos satánicos.
