Una asociación de la localidad de Barakaldo reúne estos días alimentos y dinero de cara a celebrar una cena solidaria para inmigrantes el día de Nochevieja. Hasta la fecha, el ayuntamiento de esta localidad les ha donado diez cestas navideñas, el párroco de una iglesia un local donde celebrar la comida y varios particulares han cedido vasos, platos y demás utensilios para que no falte de nada.

Ilona Zamora Montero regenta un locutorio en la localidad fabril. Ella es una de las promotoras de la idea, que surgió en las Navidades del año pasado, cuando junto a su marido oyeron en su local cómo una pareja de inmigrantes hablaban con sus países de origen y se lamentaban de que no tenían un sitio donde acudir a cenar esa noche. Ahí es donde prendió esta iniciativa.

La solidaridad movió a este joven matrimonio, que rápidamente invitó a los emigrantes a cenar con ellos en su local, ya que por el cambio de horario con los países de sus clientes, su trabajo se iba a prolongar esa noche. «Una cena muy sencilla, pero más importante fue la compañía que les brindamos», enfatizó.

De ahí surgió la iniciativa de celebrar una cena para más gente al año siguiente. Ilona Zamora contactó con la Asociación de Latinoamericanos de Barakaldo (Asolan), que hizo la idea suya y se pusieron «manos a la obra».

«Casi, como en familia»

«La mayoría de esta gente vive en habitaciones alquiladas, no tienen posibilidad de hacer uso de una cocina, y tampoco de juntarse con sus amistades, porque, al igual que ellos, viven en habitaciones alquiladas, por lo que se me ocurrió esta idea», añadió Zamora, quien calificó la noche de Nochevieja como una noche «de dolor y soledad» para los inmigrantes que se encuentran alejados «de los suyos».

La presidenta de la asociación, Marcela Piedrahita, dijo que con esta iniciativa pretenden que muchas personas «no se encuentren solas». Por eso, piden principalmente alimentos «que se puedan consumir ese día», aunque si se dona dinero, éste se destinará a la compra de platos, vasos y demás.

De momento, la acogida ha sido «buena», ya que unas 40 personas han confirmado su presencia. «Nadie piensa en el día 31, unos (dicen que) cenan con fulano, otros que cenan con otros. Y otros dicen: ‘pues mira, ni lo había pensado, porque como no tengo a nadie con quien cenar, ese día para mí lo tenía casi olvidado’. Entonces, claro, ha tenido buena acogida y estamos tratando de llevarlo hacia adelante», declaró.

Piedrahita quiere que los comensales ayuden en la preparación de la cena «para que nos encontremos casi como en familia, como si estuviésemos en casa».

A Lucinda Montero Padilla le brotan las lágrimas a borbotones con esta idea. Esta boliviana de edad avanzada que vino a Euskal Herria a trabajar, arrastra una enfermedad tropical de difícil control y seguimiento aquí. Su deseo es volver a su país y curar sus dolencias.

Finalmente, el angoleño Vento alabó la idea de la cena, donde aportará su música rap y animó a latinos, africanos y gentes de otras tierras a que se sumen a esta iniciativa. «Dejaremos de ser emigrantes y seremos una familia», enfatizó. -