Las anchoas poseen una alta fecundidad, pues realizan su primera puesta cuando apenas tienen un año. Las condiciones medioambientales e hidrográficas afectan al crecimiento y a la supervivencia de huevos, larvas y alevines. Estas condiciones ambientales no favorables durante los últimos años, junto al efecto intenso de la pesca, han llevado a la situación de precariedad actual.

La productividad biológica de las aguas marinas y la abundancia de algas y animales microscópicos del plancton del que se alimentan los alevines, afectan directamente a la abundancia de la nueva generación nacida en la primavera de cada año. La vida corta de la anchoa hace que pueda multiplicarse hasta diez veces de un año a otro, si las condiciones de supervivencia en las primeras semanas de vida son favorables.

La fecha habitual de inicio de la campaña de captura de estas es la segunda quincena de julio.

Para la Comunidad Europea la cantidad mínima de biomasa de la anchoa debe ser de 28.000 toneladas, y la de precaución debe ser por lo menos de 33.000.

Mientras los científicos dicen que por debajo de las 21.000 toneladas es incierta la evolución del recurso, los de AZTI en julio del 2006 aseguraban que la biomasa era de unas 20.300 toneladas.

Los científicos recomendaron en el 2004 un tope de capturas de 5.000 toneladas, y el Consejo de Ministros (español) lo fijó en 33.000, es decir, una pesquería abierta. Entrando en una dinámica desconocida y bajo riesgo real de colapso.

El cierre de la pesquería no garantiza la recuperación de la población, pero ayuda a paliar su declive a la espera de que circunstancias ambientales favorables puedan recuperar los reclutamientos y la población a niveles saludables, como los de la década pasada.

En los años 60 se pescaban por las 80.000 toneladas de anchoa, en esta década no se llegan a las 12.000.

Sólo en el 89 hubo una mejora, la biomasa también era muy baja, por debajo del mínimo. Como ahora, cabía temer por la recuperación de la población. Sin embargo, las condiciones ambientales que se dieron aquel año favorecieron su regeneración.

En el 2006 la cuota fue de 5.000 toneladas, y sólo se pescaron 700. Según los expertos esta mala costera de anchoa y verdel en el Cantábrico, se debió más al cambio climático que al fuel. Lo uno más lo otro... Este mismo año, el levantamiento de la prohibición fue un claro ejemplo de dejación de responsabilidad en la gestión para la consecución de una pesquería biológicamente sostenible. No vale cerrarla hasta el 31 de diciembre, sino hasta que se vea que se está recuperando el stock. Cosa que no ha sucedido en los últimos cinco años, mientras los científicos llevaban tres años pidiendo su cierre.

Como dicen los acuerdos de Arcachón, hay que prohibir faenar a los arrastreros franceses mientras dure la costera de la anchoa. Sin embargo, el Estado francés, correspondiéndole sólo el 10% del TAC de derechos de pesca de la anchoa, quiere imponer su criterio en la gestión de este recurso.

El colmo ha sido el mercadeo político que una vez más han realizado, entre los estados español y francés principalmente, durante las negociaciones de las cuotas pesqueras para el 2007 que se han llevado a cabo en Bruselas. Con el cuento de dar permisos de pesca a barcos con fines «experimentales», lo único que pretenden es arrasar con lo que queda de la pesquería de anchoa. Estos fines «experimentales» nos recuerda mucho a esos países que cazan ballenas también con fines «científicos».

No es una pelea entre arrantzales de Lapurdi, Gipuzkoa y Bizkaia. Hay que dejar los criterios políticos, y hay que basarse en criterios científicos a la hora de hacer una gestión adecuada, y tomar decisiones administrativas y del sector pesquero para la recuperación de la especie. Aplicando un plan de gestión integral que abarque todo el Golfo de Bizkaia, donde Euskal Herria tenga voz y voto, que dé respuesta al grave problema que afecta a este sector.

Basándose en investigaciones biológicas serias y fiables que permitan conocer la situación de la pesquería. Este plan debe plantear cómo recuperar el stock, las cuotas de pesca para mantener el equilibrio biológico, calendario de actuaciones, artes a emplear en el futuro, etc...

Mientras no se tomen estas medidas seguiremos exigiendo el cierre total de la pesquería, sin ningún tipo de capturas disfrazadas de «experimentos». -