La entrada en el nuevo año
Diversidad para el nuevo año
Como es tradición en cada cambio de año, los ciudadanos vascos celebraron de diversa manera la llegada del Año Nuevo. Las imágenes de quienes no acababan de llegar a casa tras los cotillones y fiestas que se prolongaron durante la madrugada, se mezclaron con quienes madrugaron para correr, ir al monte o, simplemente, salir a dar el primer paseo del año. El primer bebé nacido en Euskal Herria fue Ane. Lo hizo en Arrasate, 45 minutos más tarde de que comenzara el año y pesó 3,660 kilogramos tras el largo parto que sufrió su madre. Poco después nació Tomas, en Baiona.
BILBO
Las características metereológicas de la noche del nuevo año propiciaron que las calles de Euskal Herria se llenaran de gente, fundamentalmente joven, dispuesta a comenzar 2007 con los amigos, de fiesta y disfrutando del momento, sin pensar demasiado en las consecuencias físicas que acarrea el día después.Continuando la tendencia que se iniciara hace algunas décadas, las celebraciones en la Noche Vieja y la madrugada del Año Nuevo suponen una frenética actividad en Euskal Herria, no sólo en los hogares, sino también en restaurantes, hoteles y demás establecimientos hosteleros. Con la llegada de las primeras luces del nuevo día, las escenas de quienes caminaban torpemente por la calle tras pasar la noche fuera de casa, contrastaron con los vascos más madrugadores que, tras dormir las horas requeridas, salieron a correr, a practicar diversos deportes, o simplemente a pasear. También como suele ser tradición en Euskal Herria, las laderas y cumbres de los montes más conocidos de nuestra geografía recibieron la visita de los aficionados a la montaña, que mantienen la costumbre de disfrutar del primer día del nuevo año al aire libre. En este caso, la anunciada lluvia que no llegó hasta primera hora de la tarde, facilitó la iniciativa. Hay quienes aseguran que esta tradición recuperada va cada día a más y se da la circunstancia de que en algunos entornos se produce ya cierto problema de masificación. Junto a todo ello, cabe destacar a quienes volvieron a desafiar al frío, bañándose en aguas de La Concha o quienes optaron por quedarse en casa, disfrutando del concierto y el baile tevisados como cada Año Nuevo. Pero para completar la radiografía, no podemos obviar que se ha consolidado el fenómeno por el cual también somos lugar de llegada de visitantes. Tal y como ha venido ocurriendo en los últimos años, también ayer se pudieron ver turistas en las calles de Bilbo, al igual que han sido numerosos los ciudadanos catalanes y de otros puntos del Estado español que han optado por recibir el nuevo año en alojamientos de Euskal Herria. Los agroturismos, por ejemplo, han vuelto a conocer en esta ocasión una masiva afluencia de huéspedes que han optado por el cambio de aires para estas fechas, acompañado del aliciente de la buena mesa. En cuanto a otro de los acontecimientos que se repite también cada año, los nacimientos de niños en los hospitales vascos durante las primeras horas de 2007, en esta ocasión ha sido Ane el primer bebé nacido este año en Euskal Herria. Nación, concretamente, en Arrasate y su madre no pudo evitar un prolongado parto que se inició después de que ingresara a las 9.00 del día anterior. La criatura pesó 3,660 kilogramos al nacer, a las 00.45 de ayer y se ha convertido, además, en la hermana de Aitor, de cuatro años. Poco más tarde nación en el Hospital de Baiona Tomas, un angelutarra que registró un peso algo inferior al de la guipuzcoana, concretamente 3,400 kilogramos. Por lo que respecta a Nafarroa, Ainhara Medrano Aranda vino al mundo a las 2,35 de la madrugada, conretamente en el hospital García Orcoyen de la localidad de Lizarra. Según fuentes del Ejecutivo foral, la pequeña, cuyos padres son vecinos de San Adrián, pesó tres kilos y 200 gramos y midió 48,5 centímetros. Dos horas después, a las 4,25, nació Aimar Arrosagarra Pajares, en el hospital Virgen del Camino de la capital navarra. El primer bebé vizcaino nacido ayer fue Paule. En cuanto a Araba, no hubo novedad durante la madrugada y hubo que esperar hasta las 11.10, para que viera la luz Oier.
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