Leire Olza, Inder Bhatti

En representación de un grupo de vecinas de Donibane (Iruñea)

Hoy se cumplen dos años del asesinato de la joven de Donibane Berta Beunza Martínez. Berta no sólo ha sido víctima mortal de la violencia contra las mujeres, también ha sido víctima de esta sociedad patriarcal en la que se establece una jerarquía entre géneros en la cual el masculino es el que tiene el poder. La violencia contra las mujeres condiciona nuestra integridad. Nadie cuestiona la dimensión global de la violencia machista, pero aunque desde las instituciones se hable mucho de leyes, reglamentos y medidas a tomar para terminar con ella, no se desarrollan ni se destinan presupuestos ni medios necesarios, y mientras, a día de hoy las mujeres seguimos siendo asesinadas por los hombres. Necesitamos políticas encaminadas hacia una igualdad real.

Las mujeres seguimos sin tener reconocidos nuestros derechos. La violencia contra las mujeres constituye una grave vul- neración de los derechos humanos, extendida en nuestra sociedad y que abarca todas las formas de violencia que se ejercen contra las mujeres por el hecho de serlo: las agresiones sexuales, la prostitución forzada, el acoso sexual en el trabajo, las palizas y muertes a manos de su (ex)pareja... La raíz del problema es siempre la misma: la discriminación que sufrimos.

Tenemos que seguir denunciando esta lacra social que supone la violencia contra las mujeres, y recordar a esas mujeres que han muerto a causa de esta violencia. Las mujeres tenemos derecho a una vida segura, sin violencia, y los hombres no tienen derecho a maltratarnos.