El alto comisionado para la Política Exterior de la UE, Javier Solana, manifestó ayer en Belgrado que «es posible un ligero retraso» de la reunión prevista para el día 13 en Viena si Serbia «muestra un talante positivo». Belgrado había pedido un aplazamiento hasta la constitución del nuevo Gobierno.

«Un retraso de varios días no es una gran modificación, a cambio de que los serbios se comprometan seriamente y a que el proceso no sea retrasado sine die», sostuvo.

Una delegación de la UE, conformada por el ministro alemán de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier; el comisario europeo de Ampliación, Olli Rehn; y el propio Solana, viajó ayer a Pristina y Belgrado para hablar con ambas partes.

En declaraciones realizadas a los medios, Solana destacó que en estos casos debe aplicarse «el sentido común», más allá de ceñirse a fechas concretas. En su opinión, «lo importante es que Serbia responda de forma positiva, constructiva y en un plazo razonable». «Vamos a escuchar lo que tienen que decir. Parece que el Parlamento no puede ser formado todavía porque en dos o tres circunscripciones tienen que votar de nuevo. Pero si son serios, esto no debería de llevar más de una semana», sostuvo.

Incidió en que la labor de la UE es «facilitar» la celebración de la citada reunión y emplazó a Serbia a acudir así como a negociar con los kosovares el estatus de la región.

Reacción de Belgrado

Consideró que la participación de Serbia será un «test» sobre el nivel de compromiso que Belgrado está dispuesto a asumir para una solución constructiva al problema kosovar.

En una posterior rueda de prensa, los líderes serbios rechazaron de manera categórica una hipotética independencia de Kosovo, ya que, según el primer ministro serbio, Vojislav Kostunica, supondría una «violación del derecho internacional y tendría el efecto de desestabilizar toda la región, además de que animaría a otros territorios con aspiraciones soberanistas a seguir su ejemplo».

El presidente en funciones Boris Tadic dijo que Serbia «no obstruirá» las negociaciones auspicidas por Naciones Unidas, pero que en ellas defenderán «sus intereses y su soberanía sobre Kosovo». Reiteraron que la opción de la independencia es «completamente inaceptable».