El creciente nacionalismo, en el centro del debate político en Turquía
El creciente nacionalismo panturco se halla cada vez más en el centro del debate político en Turquía, causando malestar entre las minorías étnicas y círculos no nacionalistas del país.
Dogan TILIC Ankara
Rakel Dink, la viuda del periodista armenio Hrant Dink, respondió en la televisión el pasado fin de semana a quienes reaccionaron con ira a los gritos de «Todos somos armenios» durante los funerales de su esposo.
«Durante muchos años he cantado en el colegio `Soy turco, soy honrado...'», dijo Rakel Dink sobre la canción que entonan los estudiantes turcos todas las mañanas cuando comienzan las clases. «Pero, ¿acaso he llegado a ser turca por eso?. Una persona es lo que es por nacimiento. Nadie escoge su nacionalidad. No comprendo a los que no conciben eso», dijo la viuda.
La palabra «armenio» ha sido usada frecuentemente como insulto en Turquía y la mayoría de los armenios ocultan que lo son, por lo que los gritos de «todos somos armenios» fueron un shock para muchos.
El optimismo de los no nacionalistas ha cedido al pesimismo, después de que el Premio Nobel Orhan Pamuk, que también recibió amenazas de los autores de la muerte de Dink, partiese para Estados Unidos.
Mofa de las víctimas
En varias provincias de Turquía hubo marchas de gente gritando «Todos somos turcos» e hinchas de fútbol cantaron en los estadios «Todos somos Ogün Samast», refiriéndose al autor de la muerte de Dink.
Los medios publicaron imágenes en las que policías y gendarmes que consideraban a Samast como un héroe y en la Plaza Mayor de algunas ciudades aparecieron personas llevando gorros blancos como los había llevado cuando mató al periodista Hrant Dink.
«Ese crimen mostró lo destructivo que puede ser este ambiente nacionalista», declaró Tanil Bora, un intelectual turco conocido por sus libros sobre el nacionalismo.
Además, la actual República de Turquía es la patria de unos veinte grupos étnicos, incluidos kurdos, georgianos, albaneses, griegos, armenios, pero como la mayoría de ellos son musulmanes y se consideran parte de la «nación turca», el hombre de la calle apenas se da cuenta de este carácter multiétnico que conforma la realidad de Turquía, añadió el experto.
El patriarca armenio Mesrop Mutafyan es uno de los que sienten el peligro del nacionalismo y recientemente comunicó que también él recibía amenazas de la misma procedencia que las dirigidas contra Hrant Dink.
Señaló que la comunidad armenia está desconcertada por los lemas nacionalistas que se escriben en las iglesias cristianas, por las reacciones en internet y los comentarios de algunos.
Los partidos políticos están lejos de comprender los temores de los ciudadanos turcos que no son de etnia turca y de los anti-nacionalistas y siguen usando este tópico mientras se prepara la campaña electoral para los comicios de finales de año.
Contradicción del AKP
El primer ministro, Recep Tayip Erdogan, en una reunión del gobernante Partido de Justicia y Desarrollo (AKP, islamista moderado), tomó postura contra los círculos nacionalistas y apeló a la juventud del país para que ignore las provocaciones nacionalistas.
Pero el propio Erdogan apareció hace unas semanas en unos carteles con la bandera turca como trasfondo exhortando a «un sacrificio por vuestra luna y estrella», en referencia a los símbolos de la enseña.
«Erdogan recurre numerosas veces a una retórica nacionalista. AKP siente el creciente nacionalismo y procura atraer los votos nacionalistas. Por eso, la tensión entre el AKP y el Partido de Acción Nacionalista (MHP) está en aumento», comentó Sibel Kalaycioglu, sociólogo de la Universidad Técnica de Oriente Medio.
Mumtaz'er Turkone, otro científico conocido por sus estudios sobre el nacionalismo, quien confirmó al diario «Aksam» que ese fenómeno se convierte en cuestión primaria de la campaña electoral y añadió que todos los partidos, desde el Partido Popular Republicano (CHP) hasta el MHP recurren al nacionalismo.
Turkone subrayó que Recep Tayip Erdogan distingue entre un nacionalismo positivo y otro negativo, basándose en una definición del ex presidente francés Charles de Gaulle, que hablaba de patriotas amantes de su país y nacionalistas que odian otros pueblos.
Pero, a pesar de que el primer ministro pretende definirse como «nacionalista positivo», otros partidos, incluidos los de izquierdas, no quieren permitir que utilice este tópico, que quieren reservar para sí mismos.