El Congreso ecuatoriano aprobó ayer, con la ausencia de la mayoría de los partidos de la oposición, la convocatoria de una consulta para que los ciudadanos elijan a los miembros de una Asamblea Constituyente impulsada por el Gobierno de Rafael Correa, sólo un mes después de tomar posesión.

La iniciativa se resolvió en el Pleno del Congreso con el voto de 57 de los 58 legisladores presentes y con la ausencia de casi todos los diputados de oposición, que abandonaron la sesión porque rechazan los procedimientos y sostienen que la propuesta aprobada «es inconstitucional». En el Parlamento, que tiene 100 escaños, durante la votación sólo se quedó Federico Pérez, del Partido Renovador Institucional de Acción Nacional (PRIAN), que emitió el único voto en contra de la propuesta.

En el orden del día no figuraba este asunto como el primero a debatir, pero con 55 votos a favor se cambió la agenda y se colocó en primer lugar.

Ante esta decisión, el presidente del Congreso, Jorge Cevallos, abandonó la sala, por lo que la sesión fue dirigida por el primer vicepresidente, Edison Chávez. El bloque del Partido Social Cristiano (PSC) y del PRIAN abandonaron el hemiciclo.

La resolución aprobada califica de «urgente» la convocatoria de una consulta popular para que los ecuatorianos se pronuncien sobre la puesta en marcha de una Asamblea Constituyente de plenos poderes para transformar el marco institucional del Estado y para elaborar una nueva Carta Magna.

Cientos de partidarios de Correa e integrantes de movimientos sociales mostraron su satisfacción por esta decisión con una marcha al Palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo.