Cuando el viticultor Jean Louis Triaud cogió las riendas del Girondins de Burdeos hace cuatro años sólo tenía en mente una idea: devolver al equipo al nivel de los años ochenta para mayor disfrute de su afición.

Durante esa década los bordeleses obtuvieron una cosecha excepcional, con tres campeonatos ligueros (1984, 1985 y 1987) y dos triunfos coperos (1986 y 1987).

A su palmarés hay que unir otros dos torneos de la regularidad en 1950 y, el más reciente, en 1999, fraguado por las actuaciones de hombres como Wiltord y Micaud. El ex del Parma y Werder Bremen ha regresado a sus orígenes para aportar veteranía y reverdecer viejos laureles en el ocaso de su dilatado periplo profesional.

También con la intención de hacerlo en Europa. Tras el fallido intento de superar la fase de grupos de la Champions League -Liverpool y PSV fueron sus verdugos-, los franceses quieren repetir, por lo menos, su participación en la Copa de la UEFA de 1996, cuando llegaron a la final, perdiendo ante el Bayern de Munich.

Buena defensa

No será la primera vez que el Girondins se enfrentará a un equipo vasco, tal y como califican a Osasuna en su página web. El Athletic ya se ha medido en dos ocasiones con los bordeleses, con diferente signo.

En la temporada 1967/68 los leones se impusieron con claridad en la Copa de la UEFA, mientras que diecisieta años más tarde -en la 1984/85- sucumbieron en el Chaban Delmas en la entonces Copa de Europa al perder por 3-2.

Los bordeleses acabaron la pasada campaña en segunda posición gracias, entre otras cosas, al intenso trabajo defensivo inculcado por el que es su actual entrenador, el brasileño Ricardo Gomes, antiguo central del Fluminense, Paris Saint Germain y Benfica.