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65 muertos en atentados en pleno Plan de Seguridad en torno a Bagdad

No es un secreto que EEUU tiene una peculiar forma de concebir la «seguridad" cuando se trata de poblaciones sometidas a su ocupación. No obstante, resulta cuando menos grotesco que, horas después de que el Pentágono anunciara un descenso de los ataques en Bagdad, murieran 65 personas en varios atentados y ataques. «¿Dónde está la seguridad?", preguntaban los familiares de las víctimas mientras llevaban sus cuerpos en brazos al hospital.

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Los habitantes de Bagdad despertaron ayer a la cruda realidad tras la muerte de al menos 65 personas en distintos ataques, incluido un doble atentado, tan sólo cuatro días después del inicio oficial del Plan de Seguridad en la capital.

«¿Dónde está la seguridad?», preguntaban entre lágrimas los familiares y vecinos de las víctimas del doble atentado mientras iban a reconocer a los suyos al hospital, entre ellos varios menores de entre 5 y 10 años.

Los dos coches-bomba, situados a 20 metros uno de otro, explotaron en un barrio mayoritariamente chiíta del este de la ciudad, concretamente en Baghdad Jadida (Nueva Bagdad), dejando un saldo de al menos 60 muertos y 131 heridos. Explotaron frente a un mercado al aire libre y al lado de una tienda de materiales eléctricos.

Las víctimas fueron trasladadas a los hospitales en brazos de sus familiares, que regresaron luego al lugar de los atentados a buscar sus pertenencias.

Esta masacre tiene lugar horas después de que el Pentágono anunciara que los ataques en la capital habrían descendido en un 80% después de la puesta en marcha del anunciado Plan de Seguridad. El militar nativo al frente de las operaciones, general Abud Gambar, había anunciado rimbombante que «quiero decir al pueblo de Bagdad que la seguridad está llegando. Vamos a cazar a los terroristas».

Tensión en Ciudad Sadr

Hacia las 15:00, un kamikaze se lanzó con su coche cargado de explosivos contra un puesto de control de los paramilitares del Ministerio de Interior en Medina al-Sadr, la depauperada e inmensa barriada chiíta de la capital iraquí, matando a un policía y a un civil.

La víspera, y durante su visita sorpresa a Irak, la secretaria de Estado de EEUU, Condoleezza Rice, urgió al Gobierno títere a atacar a sus hermanos chiítas del movimiento al-Sadr, que tiene como bastión a la población de este barrio de Bagdad.

Tres civiles murieron por disparos de un francotirador en el barrio central de Fadhel.

Dos soldados estadounidenses murieron ayer en dos ataques separados en la capital, lo que eleva a 3.129 las bajas mortales estadounidenses en Irak.

Desastre humanitario

Además de la inseguridad reinante, la invasión y ocupación del país ha generado una catástrofe humanitaria sin precedentes. El propio Gobierno títere reconoce que sólo el 32% de la población iraquí tiene acceso al agua potable y sólo el 19% dispone de alcantarillado.

Los desplazados sobreviven en infectos campos de refugiados y las agencias de ayuda humanitaria reconocen su impotencia para hacer frente a esta dramática situación. La diarrea infantil se ha incrementado en un 70% en el centro del país.

Demócratas
Pese a su fracaso en el Senado, los demócratas prometieron ayer que seguirán intentando presionar para un cambio de los planes sobre Irak, sobre la base de que el envío de otros 21.000 soldados al país «es un nuevo error".
 
La cuestión iraquí vuelve a la ceremonia de los Oscar
 
Cuatro años después de que el cineasta Michael Moore abandonara entre insultos la ceremonia de los Oscar por haber criticado la invasión del país árabe, la cuestión iraquí vuelve invitada a la ceremonia anual del cine de Hollywood. «Honor a usted, Mister Bush", señaló Moore tras ganar el oscar al mejor documental por `Bowling for Columbine', utilizando la ceremonia como plataforma política el 23 de marzo de 2003, tan sólo tres días después del inicio de la ofensiva estadounidense. Este año, y al calor de la mayoritaria oposición de la opinión pública estadounidense a la ocupación del país, la Academia de artes y ciencias del cine ha seleccionado dos documentales estadounidenses consagrados a Irak y muy críticos con la política de la Casa Blanca. `Irak in Fragments' muestra el trabajo de dos años de su director, James Longley, en Irak y muestra los efectos de la ocupación en los ciudadanos corrientes del país. El film está dividido en tres partes y muestra la vida diaria de los chiítas, sunitas y kurdos. En `My Country, My Country', la realizadora Laura Poitras narra la historia de un médico sunita y candidato a las elecciones de 2005 y muestra, entre otros puntos, el aislamiento de los diplomáticos estadounidenses, paradójicamente prisioneros en la llamada Zona Verde del Bagdad que aseguran haber liberado. R. WOOLLARD

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