Helicóptero derribado en vísperas de la temida ofensiva de primavera talibán
En Afganistán los helicópteros caen por razones «inexplicables" y los blindados de la OTAN chocan en «colisiones múltiples". Todo ello en la antesala de la ofensiva de primavera anunciada por la resistencia, en un conflicto que toma visos de «guerra de liberación nacional".
GARA |
Ocho soldados estadounidenses murieron y catorce resultaron heridos ayer al estrellarse «súbita e inexplicádamente» un helicóptero de transporte en el sudeste de Afganistán, uno de los bastiones de la resistencia.
El aparato, un Chinook CH-47 que trasladaba a 22 militares, se estrelló al alba en la provincia de Zabul, a 270 kilómetros de la capital afgana, Kabul.
El lugar exacto del «incidente» no fue concretado por el Pentágono, aunque los vecinos, interrogados por France Press, lo situaron en el distrito caliente de Shah Joy, donde la carretera fue inmediatamente bloqueada por los soldados.
Las fuerzas de la coalición entre EEUU y la OTAN prohibieron a los afganos «acercarse al lugar por motivos de seguridad. Recientes informes dan cuenta de la presencia creciente talibán en la región», advirtieron.
La resistencia afgana ha anunciado que miles de sus combatientes pasarán a la ofensiva en esta primavera en el sur y el este del país asiático.
El de ayer es el primer derribo de un helicóptero extranjero desde el inicio del año y eleva a doce el balance oficial de bajas mortales occidentales en este período. El año pasado, 170 soldados, mayormente estadounidenses, murieron en ataques en Afganistán.
Un helicóptero se estrelló en diciembre en el sur del país, matando a sus ocho ocupantes. La OTAN sigue sin aclarar las razones del «incidente». Los talibán reivindicaron su derribo.
Desde el inicio de la operación «Libertad Duradera», de castigo por los atentados del 11-S, EEUU sólo ha reconocido haber perdido un helicóptero por un ataque enemigo, concretamente en junio de 2005, con la muerte de 16 soldados.
Las fuerzas extranjeras han perdido desde entonces un buen número de helicópteros. En agosto de 2005, 15 militares del Ejército español murieron al estrellarse su aparato en Herat, en el oeste de Afganistán.
Zonas fuera de control
La pérdida del último helicóptero coincide con la confesión, por parte del comandante de la OTAN en Afganistán, el general holandés Ton Van Loon, de que las fuerzas de la coalición no controlan vastas zonas «no sólo del sur sino del este, el norte y el oeste de Afganistán».
Desde el otro lado de la frontera afgano-paquistaní, el gobernador de la provincia del Noroeste, Ali Mohamed Jan Aurakzai, aseguró que la que hasta ahora se ha presentado como rebelión talibán «se ha transformado en una suerte de guerra de liberación nacional pastún contra los extranjeros».
Los talibán pertenecen a la etnia pastún, que congrega a poco menos del 50% de la población afgana y a sus hermanos de las provincias fronterizas de Pakistán (Waziristán), en plena rebelión contra Islamabad.
El Gobierno títere de Kabul calificó de «injerencia directa» estas declaraciones aunque no ofreció datos para desmentir esta preocupante tesis. Tesis que se confirma habida cuenta de los recientes informes sobre bajas extranjeras. El Gobierno canadiense anunció que trece de sus soldados resultaron heridos ayer en una «colisión múltiple» en Kandahar. ¿Habrá autopista en el sur de Afganistán?.