El referéndum por el nuevo Estatuto de Autonomía de Andalucía no despertó gran interés a juzgar por los resultados. El elevado índice de abstención, que rondó el 64,95%, fue el gran protagonista de la jornada.

Con casi el 82% de los votos escrutados, el «sí» al nuevo texto autonómico se situó en el 87,02%. La participación se quedó tan sólo en el 35%.

El consejero andaluz de la Presidencia, Gaspar Zarrías, achacó este bajo índice a un «exceso de confianza de los andaluces».

Reconoció que «evidentemente» a la Junta le hubiera gustado que la participación fuera mayor. Dijo también que los ciudadanos «eran conscientes de que el `sí' iba a ser abrumador, de que el Estatuto no corría ningún tipo de peligro y de que una mayoría abrumadora de andaluces lo iba a apoyar».

Añadió que «ya habrá tiempo de analizar el comportamiento electoral que ha tenido cada partido, ahora no es el momento». Zarrías prefirió centrar su intervención en el «sí rotundo que han dado los andaluces».

Pese a la elevadísima abstención y al escaso interés que ha suscitado esta consulta, destacó que el nuevo Estatuto «nace con toda la legitimidad y la ambición de Andalucía, el refrendo de las leyes y este voto mayoritario en las urnas».

En esa línea se pronunció horas antes la ministra de Cultura española, Carmen Calvo, que consideró que una participación bastante inferior al 50% no resta fuerza al Estatuto.

El presidente del Gobierno llamó por teléfono al presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, para felicitarle por este nuevo Estatuto que, según declaró, «permitirá no sólo ejercer un mayor y mejor autogobierno, sino afrontar con éxito una etapa de más desarrollo económico y progreso social».

Zapatero resaltó que «el civismo y la normalidad democrática con que se ha desarrollado la consulta es otro motivo de satisfacción y pone de manifiesto la madurez del pueblo andaluz para decidir su futuro y el buen funcionamiento de las instituciones, que han facilitado el ejercicio del voto».