Tras la «semana de propaganda», el Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK) ha iniciado una huelga de comunicaciones dentro de la lucha en favor de la autodeterminación y la amnistía. Desde esta pasada medianoche y hasta el próximo día 25, los 600 presos políticos mantendrán interrumpidas todas la vías de comunicación: las visitas, los vis a vis, las cartas y las llamadas telefónicas.

EPPK se encuentra inmerso desde el pasado 5 de febrero en una dinámica de lucha con objeto de reivindicar el derecho de autodeterminación y la amnistía. Esta protesta pretende «aunar esfuerzos» en torno a esas dos reivindicaciones de cara a superar el bloqueo que sufre el proceso. Demandas que, junto a la territorialidad, constituyen, en opinión de EPPK, el pilar de un verdadero proceso de resolución del conflicto.

Ayuno y manifestación el 24

La iniciativa comenzó con un plante general y prosiguió al día siguiente con un encierro que se prolongó hasta el 8 de febrero. El día 9 dio inicio la semana de propaganda que concluyó en la jornada de ayer, comenzando la última fase de lucha con la huelga de comunicaciones.

En la víspera de que finalice esta última protesta, el sábado día 24, los 600 presos políticos llevarán a cabo un ayuno coincidiendo con la manifestación que se celebrará en las calles de Bilbo, impulsada por este mismo colectivo.

En el comunicado que vio la luz el día 6 de febrero, EPPK resalta que ha decidido refor- zar su actividad pese a ser consciente de que la mera supervivencia en las prisiones de los estados español y francés resulta «una lucha constante».

Los prisioneros insistieron en su comunicado en que para garantizar «la trayectoria democrática» del proceso, es necesario el reconocimiento de la capacidad de decisión de Euskal Herria y concretar el marco democrático que posibilite que la ciudadanía vasca pueda ejercer ese derecho, con garantías.

Además, EPPK señaló que esta premisa se debe cumplir «a ambos lados de los Pirineos. Partiendo de las dos realidades político-institucionales que nos imponen los estados, debe- mos dar pasos firmes en el lar-go camino hacia una Euskal Herria libre, unida, euskaldun y socialista».

En respuesta a esa nueva dinámica de lucha, según informó ayer Askatasuna, los gobiernos español y francés han hecho uso de la represión contra los presos. Los encarcelados en la prisión francesa de Muret Sey-sses, por poner un ejemplo, fueron enviados a mitard (celdas de castigo) y no pudieron recibir visitas.

Además, a los allegados de los prisioneros vascos del tercer módulo de Aranjuez, tras recorrer cientos de kilómetros, se les comunicó que no tendrían las visitas previstas. En la cárcel de Ocaña I también fueron castigados con esa misma medida.