¿Quién tuvo el atrevimiento de decir que Burdeos no existe?
Natxo MATXIN
Lo repitió hasta la saciedad, pero no lo debió decir muy alto porque sus jugadores parece que no le oyeron. Pese a insistir a lo largo de la semana representantes de la plantilla en que habían cambiado el chip para la Liga, ayer dio la impresión sobre el terreno de juego de que los futbolistas no eran de la misma opinión que el autor de la ya famosa frase: «Burdeos no existe».
No en vano, la gran mayoría de los que saltaron al césped serán presumibles titulares ante el Girondins, salvo que Ziganda aplique una improbable revolución. Y, por mucho que se afirme lo contrario, en la mente y piernas de los deportistas siempre acaba influyendo un partido de semejante trascendencia en la historia del club.
Pero no por mirar a la cima del monte acabemos cayendo en el precipicio. Que se dejaran escapar ayer tres puntos no sólo significa que el margen con los puestos europeos se haya hecho más amplio, sino que la ventaja con el descenso directo se ha reducido a sólo cinco puntos. Burdeos sí existe.