El responsable de opinión de «La Razón», por ejemplo, concluyó que la propuesta de Zapatero se resume en «mesa de partidos con Batasuna en la que se acuerde que Navarra pase a formar parte del País Vasco, decisión que deberá ser sometida a referéndum». Y el de «Deia» constataba por su parte que «su intervención vino a ser un compendio de esa continua contradicción en la que aparentemente se mueve el líder del PSOE».

En el rotativo del jelkidismo se refieren a la enigmática referencia de ZP a la voluntad popular y recuerdan que «la Constitución fija la soberanía en el pueblo español, no en el pueblo vasco. Y porque fija la unidad de España como algo inviolable (...) las aspiraciones soberanistas del pueblo vasco no caben en la Carta Magna y, si lo que realmente se pretende es solucionar lo que en muchos ámbitos del Estado se denomina `el conflicto vasco' no se deben poner límites previos a la auténtica voluntad de los ciudadanos».

La otra gran referencia del presidente español se centraba en la participación o no de la izquierda independentista en las próximas elecciones. Y el editorialista de «Deia» insistía en que «la izquierda abertzale tiene el mismo derecho a concurrir a las elecciones que cualquier otra formación política». Sobre el tema, en «El Correo Español», Florencio Domínguez lamentaba la inconcreción de Zapatero en su mensaje y concluía que «las palabras de ayer, por tanto, se formularon con tal nivel de abstracción que habrá que esperar a ver cuáles son las políticas concretas que se aplican en cada caso para ver si se avanza en una dirección o la contraria».

Su primo-hermano, «El Diario Vasco» le ofrecía un editorial al asunto y allí se felicitaban por la contundencia de Zapatero: «era necesario que el presidente indicara taxativamente que sólo el compromiso con los procedimientos democráticos y la repulsa de todo tipo de violencia -lo que conlleva el acatamiento de la Ley de Partidos- podrían permitir tal eventualidad». A ver si se ponen de acuerdo.