El escándalo por los nexos entre políticos colombianos y paramilitares de extrema derecha se ha cobrado la primera víctima en el Gobierno de Álvaro Uribe con la renuncia de la ministra de Exteriores, María Consuelo Araújo.

Su dimisión se produce menos de cuatro días después de que su hermano, el senador Álvaro Araújo, fuera detenido por orden de la Corte Suprema de Justicia, que lo ha procesado por «asociación delictiva» y «secuestro extorsivo agravado». El alto tribunal también pidió a la Fiscalía General que investigue por los mismos cargos al padre de ambos, el ex ministro de Agricultura Álvaro Araújo Noguera. La hasta ayer ministra de Exteriores dijo en la Casa de Nariño, sede del Ejecutivo en Bogotá, que el domingo por la noche se reunió con Uribe para informarle de que había decidido abandonar el Gobierno.

«Me voy porque no estoy atada a ningún cargo pero, en cambio, veo claramente la necesidad de que el proceso judicial esté libre de interferencias», sostuvo en la carta de renuncia que leyó ante la prensa. En 2005, ya renunció a la cartera de Cultura para que su hermano pudiera aspirar al Senado en los comicios parlamentarios de marzo del pasado año.

Con su reeleción en mayo de 2006, Uribe la designó como ministra de Exteriores, cargo que asumió en agosto con la segunda investidura de Uribe.

«Me voy del Gobierno sin renunciar a mi compromiso de mujer caribe, con su empeño (el de Uribe) de hacer de Colombia un país mejor», manifestó la joven política que hace unos días recibió el firme respaldo del jefe del Estado. El respaldo presidencial llegó en un momento en el que los partidos de la oposición, entre ellos el Polo Democrático Alternativo y el Partido Liberal Colombiano, consideraron insostenible su continuidad.