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REAL No se tomó ninguna medida importante para cambiar una racha de un punto y un gol en seis partidos

El Consejo ni discutió la continuidad de Lotina en su reunión ordinaria

La dirección del club mantuvo ayer su encuentro semanal, al que se llegó con la decisión tomada por Fuentes y los consejeros más importantes de mantener al técnico al menos hasta el sábado

Joseba ITURRIA | DONOSTIA

 

El Consejo de Administración de la Real mantuvo ayer a la tarde en Anoeta su reunión ordinaria semanal, en la que ni llegó a discutirse la continuidad en el banquillo de Miguel Angel Lotina para el partido que se disputará el sábado, a las 20.00, en casa.

El órgano directivo de la Real acostumbra a reunirse todos los martes, pero en la reunión de la pasada semana se fijó la fecha de ayer por cuestiones de agenda. Para cuando comenzó la reunión ya estaba decidido por parte de Miguel Fuentes y los consejeros más importantes la continuidad del técnico de Meñaka, al menos hasta el sábado.

A falta de decisiones sobre el entrenador o la convocatoria de una Junta para debatir quién debe dirigir al club a partir de ese momento, se espera que esta semana el Consejo anuncie las medidas para intentar mejorar la entrada en Anoeta con el reparto de invitaciones entre abonados y de pagar el autobús a los aficionados que acompañen al equipo en salidas como la próxima a Zaragoza.

Que no se discutiera ayer la continuidad de Lotina este sábado no asegura que vaya a seguir hasta final de temporada, aunque si sigue ahora ya no tiene mucho sentido cambiarlo en caso de derrota ante el Deportivo.

 

Necesidad de liderazgo

El momento para cambiarlo era ayer en busca de un revulsivo que el domingo exigió la imagen del equipo. Tampoco es fácil encontrar ahora un sustituto y lo mejor era buscarlo en Zubieta con personas que conocen al detalle el equipo y que confíen en los únicos jugadores que pueden liderarlo en la delicada situación actual y cuyo peso específico y su confianza ha disminuido en la medida que Lotina los ha sacado del once. Porque quien no juega no puede asumir ningún liderazgo.

Y para afrontar una situación como la actual hacen falta líderes que levanten al equipo. En el vestuario realista sólo se ha escuchado, después de los últimos partidos, el sonido del agua de las duchas. La expedición volvió muda de Huelva. Es lo que se vio en el campo en la segunda parte, sin referencias claras que asuman la responsabilidad de aparecer en momentos críticos.

Sólo la aparición de los hombres importantes acompañados de la implicación de los jugadores de casa, para los que el descenso de la Real es algo más que un borrón en una trayectoria, puede obrar el milagro. El equipo blanquiazul tiene unos referentes claros y ninguno iba a jugar el domingo si no se lesiona Garrido. El jugador con más capacidad de mando es Gaizka Garitano, pero no puede asumir ningún protagonismo si sólo ha sido titular en uno de los últimos diez partidos. Desde el banquillo el único que puede mandar es el entrenador y no acierta con cambios que sólo motivan que todos pierdan la confianza.

Y no hay nada peor que no tengan confianza los tres jugadores con más experiencia en el equipo y que, además, son referentes claros en el aspecto ofensivo porque son competitivos y siempre dan la cara -Aitor, Aranburu y Kovacevic-. Y la única manera de darles confianza es trasmitirles que van a jugar aunque un extremo le coja la espalda una vez, pierdan un balón o fallen un remate. Y Lotina ha conseguido que estos tres jugadores pierdan confianza y protagonismo y son los que podían liderar, junto a Garitano, una posible reacción.

 

Necesidad de cambiar

Porque las pocas posibilidades de permanencia pasaban por cambiar algo. No hacer nada para cambiar una dinámica tan mala no es lo más habitual. Lo normal es cambiar al entrenador, lo más fácil, o que cambie el entrenador. Algo muy difícil porque la confianza es casi como la virginidad. Una vez que se pierde no se puede recuperar. Y Lotina está en la dinámica de ver lo negativo de sus jugadores en vez de lo positivo y, por ello, pone a los que menos tiempo le han dado para ver sus defectos. Claro que también son desconocidos entre ellos, y así no hay forma de consolidar un juego colectivo. Es fácil decirlo ahora, pero no cabía ninguna esperanza en el camino elegido por Lotina desde que se vio calentar el once contra el Athletic. Es imposible que jugadores sin referencias válidas y desconocidos entre sí puedan dar la vuelta a una situación tan complicada. Por eso no cabe tener ahora menos esperanzas que hace un mes.

Habrá esperanza si cambia el técnico, ya que no cambian al técnico, y pone los galones a los únicos que pueden levantar este equipo. Y si, en vez de buscar lo que él denomina «jugar a fútbol», pone en el campo jugadores que aporten identidad y agresividad para jugar con mucha más intensidad y recuperar el balón en zonas más cercanas al área rival como ante el Madrid.

entreNAMIENTOS
Lotina dirigirá desde esta mañana, a las 10.30 en Zubieta, la primera de las cuatro sesiones con las que preparará el partido del próximo sábado contra el Deportivo en Anoeta, con la obligación de ganar para tener una esperanza de reaccionar.

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