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El fiscal utiliza el apoyo entre los acusados para sostener su tesis

Después de que acusación y defensa expusieran sus escritos de conclusiones finales, el juicio del sumario 18/98 asistió ayer al inicio de la lectura de los informes, en los que las partes harán un repaso pormenorizado de lo que, a su parecer, ha deparado este proceso. En su turno, el fiscal se valió incluso de la solidaridad entre los acusados para tratar de sostener su tesis.

Iker BIZKARGUENAGA | MADRID

 

«Este tribunal habrá podido comprobar la cohesión organizativa que se da entre los acusados, que se apoyan, se coordinan y se solidarizan entre ellos. Aunque formalmente pertenecen a diferentes organizaciones, mantienen una coordinación que sería digna de admirar en otros grupos».

Con estas palabras, el fiscal Enrique Molina quiso utilizar el apoyo mutuo, el respaldo y el compañerismo del que han hecho gala los procesados en el sumario 18/98 durante los quince meses de juicio para sostener su línea argumental. Aquella que dice que «todo es ETA».

En la sede que la Audiencia Nacional tiene en la calle Génova comenzó la lectura de los informes de las partes personadas en este juicio, al que los procesados tuvieron que volver a asistir tras ser dispensados por primera vez la semana pasada.

Fue Molina quien empezó el relato de lo que, a su entender, se ha visto en este sumario, y su intervención no deparó sorpresa alguna. Al contrario, insistió en la idea que ha tratado de trasladar al tribunal, afirmando que «ETA es una organización terrorista que no es una simple banda armada». Así, tras señalar que el carácter «terrorista» de una organización lo define «la finalidad de sus actuaciones», afirmó que «ETA dispone de un frente armado, que se organiza en comandos, y que se constituye en referente y vanguardia de todo el entramado terrorista».

 

Insiste en el «desdoblamiento»

Dicho esto, agregó que ese «entramado» mantiene una «unidad de actividad criminal», en la que «las distintas organizaciones sectoriales actúan de forma coordinada y sincronizada» y que «está basada en la teoría del desdoblamiento».

Precisamente, contra lo manifestado por acusados y testigos, Molina volvió a situar la clave de su argumentación en esa «teoría del desdoblamiento», que insistió en adjudicar a José Miguel Beñaran Ordeñana, Argala, cuando fue ETA-pm la que la acuñó y utilizó para definir su estructura organizativa, en la que los militantes y dirigentes de la organización armada lo eran a su vez del partido político EIA, que tras pasar a ser Euskadiko Ezkerra acabaría integrándose en el PSOE.

«Nos consta que el primero de los puntos de debate está en esa teoría del desdoblamiento», admitió el fiscal.

A continuación, hizo un breve y particular repaso de la historia de ETA, para finalizar su exposición en los organismos y empresas que están siendo juzgadas, y enumerar las imputaciones que pesan sobre ellas.

Así, citó a KAS como «instrumento» utilizado por ETA para la «dirección del movimiento», que, a su vez, controlaría «un entramado empresarial dedicado al sostenimiento de los miembros de ETA en el extran-jero» y a los propios militantes de la coordinadora.

Ekin, según esta teoría, habría sido creado para «sustituir» a KAS; Xaki sería la última versión del «aparato de relaciones exteriores de ETA»; y la Fundación Joxemi Zumalabe habría cogido el testigo de ASK en «la dinamización del movimiento popular». Sobre este aspecto, Molina llegó a argumentar que «no es casualidad que el nombre utilizado para denominar a la fundación fuera el de un antiguo militante de ASK», en referencia a Joxemi Zumalabe.

 

«Colaboración con el 4º frente»

Al hablar de «Egin» y de su editora, Orain S.A., el fiscal utilizó otra vez los términos «frente mediático» y «cuarto frente» de ETA, e incluso, cuando comenzó a narrar las imputaciones individuales contra los 52 acusados, habló de «colaboración con el cuarto frente».

Ahí dejó Molina su alocución, en las imputaciones personales contra los encausados en la pieza de «Egin». Antes enumeró las acusaciones que pesan contra las personas incluidas en la pieza de las empresas.

Hoy seguirá con el resto de los encausados, antes de abordar los siguientes capítulos de su informe -tiene once apartados- y dar paso a las defensas.

Admite los fallos que sus propios peritos detallaron
Al repasar el apartado referente a «Egin", el representante del Ministerio Fiscal no tuvo más remedio que admitir lo que los propios funcionarios de Hacienda, que él mismo citó como peritos, explicaron a la Sala hace unos meses: que el escrito de calificaciones de la acusación contenía graves errores, y que varias de las acusaciones que pesaban contra los procesados no tenía ningún sustento legal. En aquella ocasión, los peritos mostraron su sorpresa porque Enrique Molina había interpretado mal su informe, y porque incluso había imputado delitos incompatibles entre sí. Ayer, el fiscal tuvo que admitirlo. I.B.
«contaminadas"
El fiscal Enrique Molina afirmó que «todas las estructuras coparticipadas en esa estructura global" que para él es la izquierda abertzale «están contaminadas por los fines y objetivos" de ETA.
Sostiene que «Egin" nunca quiso pagar la deuda que tenía con la SS
A pesar de que el propio responsable de la Tesorería General de la Seguridad Social (TGSS) en Gipuzkoa, Juan Ignacio Trecet, dio cuenta al tribunal del acuerdo alcanzado con los responsables de «Egin" para aplazar el pago de la deuda que el diario tenía con este organismo, a pesar de que el propio Trecet dio por buenas las garantías que sus interlocutores le dieron para saldar la citada deuda, e incluso aseguró que estaba convencido de que podría afrontarla, el fiscal insistió en que «Egin" quiso defraudar a la Seguridad Social y que no pretendió hacer frente a esa deuda. «La falsedad que presidía el ánimo de los miembros del Consejo de Administración era patente, nunca quisieron pagar la deuda", sostuvo Molina al referirse a las negociaciones que mantuvieron ambas partes antes de llegar a un acuerdo. I.B.

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