Los que vimos «Los lunes al Sol» de Fernando León de Aranoa, premiada con cinco goyas y la Concha de Oro en el 2002, enseguida nos percatamos de que mostraba la realidad de la lucha de los trabajadores de la Naval de Gijón por impedir su desmantelamiento para la especulación urbanística de sus terrenos. Desde el primer momento se nos muestra la violencia del Capital y del Estado contra quienes quieren defender su puesto de trabajo. Violencia de la policía, patronos, jueces y de los sindicatos domesticados.

El grupo Ska-P les dedicó «Naval de Xixón».

«Humo, fuego en Naval de XiXón, astilleros pasan a la acción/ Compañeros, solidaridad, son ejemplo de la lucha obrera/ Ya nadie les va a parar, combatividad, combatividad, combatividad...».

Ellos eran nosotros, Euskalduna unos años antes.

«Buzo, kasko, musuzapiak aurpegian/ Sua ta kea Deustuko zubian/ Tuerkak gomazko piloten kontra Eutsi gogor Eutsi gogor/ Eutsi gogor Euskalduna». «Sua emaiek rekonbertizak». Cantaba Hertzainak por entonces.

Santa (Javier Bardem) era uno de los protagonistas. En un momento de la película, es juzgado por romper una farola durante los enfrentamientos con la policía y condenado, por un juez, a una multa de 8.000 pesetas. Tras resistirse, acaba por pagarlas. Al final la rompe de verdad.

Desconocíamos que la película está inspirada en Cándido González Carnero y Juan Manuel Martínez Morala, miembros de la Corriente Sindical de Izquierda (CIS). Pues bien, la realidad es pelín más cruda. Hace escasos días un juez les ha condenado a pagar 2.160 euros de multa o 180 días de cárcel, las costas del juicio y 5.624'83 euros al Ayuntamiento. El motivo, la rotura del cajetín de una cámara de seguridad utilizada para controlar las movilizaciones de los trabajadores en el astillero. Y, como le pareció poco, su señoría también les condenó a tres años de cárcel e inhabilitación para el ejercicio del derecho de sufragio. Los denunciantes son el Ayuntamiento de Gijón, en manos del PSOE e IU (¿quo vadis Aralar, con estos socios?), y el señor gobernador. Testigos únicos, la policía. Todos ellos de la izquierda plural y democrática. Sus abuelos, no tan plurales, en octubre del 34 usaron la dinamita contra benemérita y ejército, en defensa de sus derechos. Los imagino revueltos en sus tumbas con semejantes nietos y orgullosos a la vez, como nosotros, de Cándido y Morala.