Tristeza. Esa era la palabra más utilizada en las inmediaciones del Club Deportivo bilbaino, que ayer acogió el último festival de pala profesional organizado por la empresa Emanbilbo. La promotora dirigida por el ex palista Fernando Gutiérrez ha durado menos de ocho meses en activo y cerró ayer la persiana definitivamente por las continuas pérdidas económicas que generaba la histórica modalidad.

Aunque nunca es tarde para reflexionar sobre las razones que han llevado a este cierre, lo cierto es que 23 palistas y 8 corredores se quedan en el paro irremediablemente. Por lo menos, hasta que un nuevo -y valiente- empresario coja las riendas de la modalidad del leño. En esas reflexiones, dos argumentaciones se repetían sobre todas las demás entre los asistentes al Deportivo.

Por un lado, la inmensa mayoría de los aficionados consultados por GARA coincidían en la excesiva bisoñez de Gutiérrez a la hora de regir los destinos de una disciplina tan compleja como la pala profesional. «Él mismo fue palista y amaba la pala como nadie, pero dirigir una empresa es algo mucho más complicado que el simple gusto por la pelota», afirmaba un aficionado que prefería mantenerse en el anonimato.

Por otro, a nadie se le escapa que la pala -al igual que la mayoría de deportes minoritarios del mundo- no tiene futuro alguno si las instituciones no apoyan o incentivan económicamente su práctica. A pesar de ser muy consciente de las dificultades que supone ayudar con dinero público a una empresa privada (Emanbilbo) que disputa sus partidos en un club privado (Deportivo), Javier Biteri, corredor durante años en el frontón bilbaino y uno de los asiduos en sus gradas, es muy claro en sus declaraciones: «Había muchas esperanzas, a Fernando le prometieron ayudas, pero a la hora de la verdad todo se ha ido al traste».

Frontón lleno en el adiós

Pero lo que más llamó la atención en el día de ayer fue presenciar una buenísima entrada en el adiós de Emanbilbo. Bien por la entrada gratuita, bien por el morbo de la despedida, la cuestión es que una vez más se repite la historia en el mundillo de la pelota. La noticia atrae a la gente y el morbo llena frontones, al más puro estilo Mikel Goñi.

Pero dejando esas comparaciones a un lado, es muy probable que el cierre de Emanbilbo siga coleando durante mucho tiempo. Los palistas llevan dos meses sin cobrar y algunos han mostrado su intención de llegar hasta el final para lograr lo que es suyo. Hablando con las dos partes, es evidente que el tema no está arreglado. Mientras Gutiérrez afirma que no tiene ningún tema pendiente con los pelotaris, éstos no opinan lo mismo.

Visto lo visto, no hay razones para ser optimista, pero una posible reacción por parte de algunos ex pelotaris abre un pequeño camino a la esperanza. Ojalá sea cierto.