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ANITZAK, INMIGRANTES POR SUS DERECHOS «Y POR EL DERECHO DE EUSKAL HERRIA A DEJAR DE SUFRIR"

Yusuf llegó de Senegal, Xosé de Galicia, Emanuela de Italia y José Luis de México. Los cuatro se han quedado en un país envuelto en un conflicto político y se sienten con el derecho y la obligación de «poner un granito de arena" para superarlo. Por ellos y por sus hijos forman parte de Anitzak, que esta semana se ha presentado en diversas capitales vascas.

Ramón SOLA

Iruñea

Pese a apellidarse Aldasoro, José Luis explica que en su infancia en México D.F. nunca tuvo conciencia de que sus abuelos paternos fueran vascos, uno de Segura y otro de Elorrio. «Nunca oí una palabra en euskara», añade. Pero ahora lo domina perfectamente. Tras varias visitas en las que descubrió un país diferente a la España de la que le hablaban, lleva más de doce años residiendo en Donostia. Y se ha plan- teado un reto, como el resto de componentes del colectivo Anitzak: poner algo de su parte para que el conflicto político pueda avanzar hacia su resolución.

Los abuelos de Aldasoro llegaron a Chi- huahua hace 103 años, más o menos cuando miles de gallegos arribaron a Euskal Herria para trabajar en las industrias de Ezkerraldea. Era la primera oleada. La segunda, entre 1918 y 1920, tuvo como destino la empresa bacaladera de Pasaia; sin saberlo, iban a sustituir como «esquiroles» a los obreros vascos en huelga, y eso les marcó negativamente durante muchos años, pero apenas dos décadas después hubo emigrantes gallegos que lucharon en batallones de gudaris. Con la tercera oleada migratoria, en 1973, llegó Xosé Luis Estévez, historiador, que contó todo ello el jueves en Donostia. Allí recordó que está escrito que «no se puede servir a dos amos», pero añadió que «sí se puede perfectamente amar a dos pueblos». El también forma parte de Anitzak.

«Que mi hija no sufra esto»

Emanuela Ghevio vino por amor hace ocho años, y aunque ya sabía que iba a encontrar un país en conflicto recuerda que «me sorprendió la realidad, mucho más cruda de lo que esperaba. Aunque fuera de aquí se hable sólo de un problema de terrorismo, encontré un nivel de represión desconocido en Europa. Nada más llegar encarcelaron a la Mesa Nacional, cerraron `Egin'... y ésas son cosas que en la Europa moderna no se producen. Hay que irse a los tiempos de Franco o la italiana de Mussolini para encontrarlo».

Yusuf es el nombre figurado de un senegalés afincado en una localidad de la costa guipuzcoana. No puede identificarse ni salir en la foto por cuestiones obvias. Sus impresiones sobre Euskal Herria no son tan políticas, tienen que ver más con los sentimientos y la necesidad vital. Cuenta que ha pasado por la India, Portugal, Vigo, Barcelona o Madrid, y que en Euskal Herria ha encontrado algo diferente, otro nivel de solidaridad. «Estoy a gusto y quiero quedarme, aunque ahora ni tengo trabajo y ando buscándome la vida», narra. También está en Anitzak, una iniciativa que abarca a todos los continentes.

¿Por qué Anitzak? ¿Por qué un colectivo por la resolución formado por inmigrantes, en quienes se supone mayor distancia y otras necesidades más perentorias? Su explicación tiene mucho que ver con el amor a la tierra de adopción que declara Estévez. Emanuela Ghevio lo resume con una idea que cualquiera entiende: «Me gustaría que mi hija no tuviera que sufrir esto. Y este pueblo tiene derecho a dejar de sufrir. Son muchas generaciones implicadas, por todos los lados. El año pasado se abrieron unas posibilidades más grandes que nunca, y nosotros también necesitamos aportar algo».

«Todos tenemos algo que decir, mucho o poco. Para que nosotros podamos vivir mejor es necesario resolver este conflicto cuanto antes», añade Aldasoro con su euskara tocado inevitablemente por un acento mexi- cano muy musical. Para él, ésta es sobre todo una cuestión de derechos, «de los nuestros y de los de nuestros hijos. Queremos no tener que pelear para que puedan estudiar en euskara, por ejemplo».

La demanda de derechos para todos suena con más fuerza en boca de inmigrantes. La milanesa Ghevio recuerda a los 5.000 muertos al año en el Estrecho de Gibraltar: «Es algo tan injusto... Quizás Anitzak no sea el ámbito para trabajar en eso, pero todo tiene conexión». La presencia de Yusuf es el ejemplo vivo de ello. En las palabras de todos hay un mensaje común: si reclaman sus derechos como inmigrantes, ¿cómo no reivindicar los del país que les ha acogido?

Sorprende sobre todo el nivel de implicación en un conflicto que no es el de sus países de origen. Estévez admite que la inmigración normalmente produce «una menta- lidad resignada, escéptica». Pero añade ejemplos tan contundentes como el del Batallón Celta-Milicias Antifascistas Gallegas, que peleó en las Intxortas e incluso en Santander y Asturias tras caer Euskal Herria en manos franquistas. O el de los dos anarquistas gallegos fusilados por gritar «Gora Euskadi askatuta!».

Asamblea general, el 3 de marzo en Bilborock

Representantes de Anitzak dieron ayer una rueda de prensa en Gasteiz, desde donde hicieron un llamamiento a asistir a la Asamblea General que este colectivo va a celebrar el próximo sábado, 3 de marzo, en la Sala Bilborock de la capital vizcaina. Un acto al que animaro a acudir a todas aquellas personas que se adhieren al manifiesto presentado el 27 de enero.

En la comparecencia, los miembros de Anitzak explicaron que uno de sus objetivos es el de «aportar nuestro grano de arena en la lucha por la paz y la resolución democrática del conflicto que vive Euskal Herria», un objetivo a alcanzar «a través del diálogo, sin exclusiones ni expresiones de violencia o vulneraciones de los derechos» y siempre «con el respeto a la libre decisión de todos los ciudadanos que viven en este país».

Los representantes de Anitzak insistieron en que pretenden ser «agentes activos», con «protagonismo» en la sociedad en la que viven y trabajan, pero sin perder su identidad, tan diversa como los pueblos y naciones de los que proceden.

Muchos de ellos, además, que sufren conflictos similares al que enfrenta a Euskal Herria con los Estados español y francés. «Queremos alcanzar la paz a través del diálogo», declararon los miembros de este colectivo, y animaron a sumarse a esta iniciativa a través de la página web www.anitzak.org., y a participar en el acto político del sábado en Bilbo. GARA

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