El 16 de junio de 2007 podría ser una fecha clave en la política alemana: si todo sale bien, se producirá la fusión del oriental Linkspartei.PDS con el occidental WASG. En las elecciones anticipadas de 2005, ambas organizaciones formaban una lista común y recibieron el 9% de los votos. Las cabezas visibles de los dos partidos son Gregor Gysi por el mayoritario Linkspar- tei.PDS y el ex presidente del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), Oskar Lafontaine, por el WASG. Este último fue creado en el oeste de Alemania a principios de 2005 por sindicalistas y ex socialdemócratas que estaban descontentos con la política neoliberal del entonces canciller y presidente del SPD, Gerhard Schröder. El Linkspartei.PDS tiene sus bases en los estados este. El éxito de 2005 se debe a la política antisocial de Schröder y al hecho de que los verdes, en coalición con el SPD, llevaran al país a dos guerras.

Desde 2005 las cúpulas del Linkspartei.PDS y WASG están promoviendo la fusión a todos los niveles. Los únicos que se oponen a este proceso son la cúpula trosquista del comité regional y la mayoría de los socios del WASG de Berlín. El mayor obstáculo para la fusión se halla, sin embargo, en el hecho de que tanto el Linkspartei.PDS como el WASG no cuenten con una posición ideológica clara.

En este debate ha intervenido el sociólogo alemán Heinz Dieterich con un análisis publicado en el diario ``Junge Welt'', la plataforma mediática de las voces críticas del posibilismo del Linkspartei. El co creador del «Socialismo del Siglo XXI» y estrecho colaborador de los presidentes Hugo Chávez y Evo Morales sitúa la formación del nuevo partido en un contexto geoestratégico. Según Dieterich, la futura organización se halla en la encrucijada de convertirse en «un nuevo partido burgués-liberal-socialdemocrático» o de evolucionar «hacia un eje del movimiento europeo de masas del socialismo democrático del siglo XXI».

Dieterich puntualiza que la opción del partido se reduce a ser «el del capitalismo o el del socialismo del siglo XXI». Hete aquí el problema de los socialistas alemanes: a nivel regional y en concreto en el bipartito con el SPD en Berlín, están a punto de practicar el «capitalismo del siglo XXI». El bipartito quiere vender la Stadtsparkasse (caja municipal de ahorros) a una empresa privada de inversionistas para reducir las deudas públicas. La venta promete unos ingresos multimillionarios en su momento, pero a la larga supone una pérdida estratégica de patrimonio público. Lafontaine ha considerado la venta de la Stadtsparkasse como «la prueba decisiva para la izquierda».

El grado de confusión y desorientación que existe en la izquierda alemana se refleja justamente en la figura de Lafon- taine. Los trosquistas del WASG le han perdonado su política neoliberal cuando era presidente del SPD, mientras que al ala derechista del Linkspartei.PDS le parece demasiado «socialista».

El estado de poderes se vio el 16 de febrero, cuando se reunieron los jefes de los grupos parlamentarios regionales del Linkspartei.PDS con el vice del grupo en el Bundestag, Bodo Ramelow, en Dessau. Decidieron que el nuevo partido debería optar por participar en los gobiernos tanto a nivel regional como nacional. Esta corriente se considera como la «conciencia social» en los bipartitos con los socialdemócratas. En la «Declaración de Dessau» pusieron como buen ejemplo justamente la colaboración con el SPD en Berlín.

Este actitud ha provocado que Lafontaine y otros diputados regionales, nacionales y europeos hayan solicitado el final de bipartito de Berlín, en el caso de que se llegue a privatizar la caja municipal de ahorros.