GARA > Idatzia > Kolaborazioak

Pablo Martín Galiana Participante del Foro Social de Euskal Herria

¿Es posible la lucha social contra la globalización desde Euskal Herria?

Tenemos el deber de relacionarnos de igual a igual con las organizaciones sociales de todo el mundo. Y, a pesar de todo, la mejor manera es a través de los foros sociales

Como todos los años y ya de una forma rutinaria, quienes creemos en un mundo diferente nos reunimos alrededor de los foros sociales.

Es ya tiempo de parar y ver qué es lo que de verdad está pasando en estas macro manifestaciones de opiniones que poco calan en el mundo. Sin ir más lejos, hace pocas fechas se celebró una nueva edición en Nairobi y la gente estuvo más pendiente de si baja la Real.

Estas reuniones aún no pasan de ser una forma más de intercambiar opiniones sin ningún pragmatismo. Cuando estás allí, te da más la sensación de, por un lado, un mercadeo general de ideas nada pragmáticas; y, por otro, cómo se va creando una sucesión de nuevos gurús y estructuras antiglobalización. Realmente, y visto en esta ocasión desde fuera, parece más «un quítate tú pa ponerme yo». Por eso, tanto las buenas ideas como las buenas acciones que nacen allí quedan... allí.

Mientras tanto, el enemigo real de la sociedad, el Capital, sigue haciendo de las suyas en todos los ámbitos de nuestra vida. Ejemplos hay a montones, pero yo me quedo con uno que habrá pasado inadvertido para la mayoría como ha sido la creación del «Fondo Europeo de Adaptación a la Globalización».

Es muy curioso, porque la filosofía del Fondo está contra la Globalización al decir que se crea para «facilitar la reinserción laboral de los trabajadores en regiones o sectores damnificados por perturbaciones económicas graves». Pero señores, si las «perturbaciones económicas graves» las genera el mismo sistema globalizador que intentan imponer. Esto es otra de las barbaridades más que pretenden que paguemos los trabajadores a través de los «Fondos Estructurales».

La «Revolución Pendiente» debe llevarnos a reflexiones en las cuales consigamos ver que todas las luchas revolucionarias deben generarse desde el mismo pueblo y mirando hacia quienes se consideran desfavorecidos, olvidándonos de los poderosos. Dejémoslos con sus teorías y centrémonos en lo importante.

Y lo importante debe empezar desde lo cercano. Por esto mismo aquí, en Euskal Herria, tenemos el deber como país de relacionarnos de igual a igual con todas las otras organizaciones sociales tanto del Estado español como del Estado francés y el resto de los estados del mundo. Y, sin duda y pese a todo, la mejor manera de hacerlo es a través de los Foros Sociales.

Podríamos hacerlo de diferentes formas y seguro que todas son válidas, pero debemos buscar un punto de unión de ideas que debe ser nexo de unión y punto de partida de otras iniciativas que vayan en pro del país y de la sociedad que lo forma. Se ha hecho el intento en varias ocasiones y ahora debemos hacer un esfuerzo definitivo. Hemos de demostrar a todos aquellos que viven de nuestros impuestos (y muy bien, según demostró el último informe de Elkartzen), que no son ellos sino nosotros, el pueblo vasco, el verdadero motor. Los movimientos sociales debemos demostrar a los políticos que sin nosotros no se avanza, que debemos ser grupos con los que hay que contar.

Euskal Herria está en un momento de crisis, determinada por el momento de cambio en el que nos encontramos. Al fin, y gracias en gran medida a la labor de la izquierda abertzale, estamos en un proceso que nos puede llevar al punto en que podamos decidir nuestro futuro. Y este futuro debe ser pergeñado en las reuniones de los movimientos sociales, en los que de verdad está la sociedad representada, y no en los parlamentos, donde los diputados, más que luchar por la gente, buscan la reelección.

Y esa unidad debe conseguirse poniendo en común todas las ideas, todos los proyectos. Han de dejarse claros los principios que deben guiar la revolución pendiente en Euskal Herria para, a partir de ahí, continuar en la lucha para conseguir una sociedad más justa e igualitaria, donde el pueblo pueda decidir su futuro según sus propios intereses y no siguiendo el dictado de los poseedores del capital o del poder de la injusticia y la represión.

El pueblo vasco quiere alzar la voz, debe alzar la voz, y ser escuchado. Los movimientos sociales deben ser su megáfono. Señores, pongámonos a la tarea.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo