Raimundo Fitero
Transparencias
Tanto por lo visto en las pasarelas como en la alfombra de los Oscar, se llevan las transparencias. Hay un anuncio de una operadora de telefonía que se dedica a alquilar puntos informáticos para empresas que su lema es transparente: busca lo simple. Yo veo la serie «Aída» con tanto gusto que me parecen transparentes los personajes. Los fachosos, reaccionarios, los veo bien descritos, suficientemente remarcados como para que la empatía funcione al revés, es decir, los odio porque representa a lo más bestia, intransigente y xenófobo que se puede uno encontrar, y, desgraciadamente, se pueden encontrar a muchos seres así. A los tibios, los encuentro igual de transparentes, y a los que me parecen más activos mental y socialmente, lo mismo. Porque la transparencia es un don, y los actores y actrices de esta serie, lo tienen, al igual que los guionistas y muy especialmente los dialogistas. Que se espere la visita del rey al barrio y se acabe cantando el himno de Riego, me parece que es de una transparencia recomendable. Y eso sucedió. Y con salero, y provocando risas, sonrisas, carcajadas. Hay personajes como Luisma, es que no dice una frase sin que te provoque la reflexión o la reacción en positivo o en negativo.
Lo mismo que es transparencia de la más obvia lo que ha hecho el PNV con su candidato a diputado general en Donostia. ¿Qué otra cosa podrían hacer que apoyarlo incondicionalmente? ¿Cómo van a reprobar a un hombre capaz de sacarle a un banco setecientos mil euros de créditos? Eso es un ejemplo para la militancia, es el ideal económico: conseguir hacerse con un patrimonio a base de influencias políticas. Alguien al que imitar en lo personal, una muestra de equilibrio, de humildad cristiana. Este hombre podría tener una docena de pisos y solamente tiene siete. Así se demuestra un ideario de solidaridad. Y lo de Hacienda, es un simple despiste. ¿Cómo va a esconderse él de pagar al fisco? No le hace falta. Y nada de bandos o facciones en el partido: ante Hacienda, los pisos, el lucro y el incremento desmesurado de patrimonio: unidad, que para algo se creen dueños de administraciones, haciendas y destinos en lo universal.