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Maite SOROA

El mundo al revés

La brutalidad de las cargas policiales del sábado están grabadas en la retina de la multitud que asistió al penoso espectáculo y en la de quienes tuvieron ocasión de verlas en la prensa o la televisión. Y ayer, como si el mundo se hubiera vuelto del revés, «Deia», «El Correo Español» y «El Diario Vasco» editorializaban sobre el asunto para contarnos una crónica distinta a la que está a la vista de todos.

En «Deia» invertían las responsabilidades y aseguraban que «la manifestación del sábado en Bilbao convocada por la izquierda abertzale y que terminó con graves incidentes ha puesto de nuevo en evidencia la estrategia de confrontación de Batasuna y cuestiona su apuesta real por las vías pacíficas. La marcha estaba expresamente prohibida pero la izquierda abertzale, con el irresponsable apoyo y presencia de dirigentes como Otegi, Olano, Permach y Barrena, buscó el enfrentamiento». O sea, que los manifestantes la emprendieron a cabezazos con las porras.

Y si el despropósito de «Deia» era de esas dimensiones, no se pierdan lo de los periódicos del Grupo Vocento. Según el editorialista, «uno de los objetivos que los manifestantes perseguían alcanzar consistía, sin duda, en chantajear a los ciudadanos, para que éstos, en evitación de los `males mayores' que esa previsible violencia indiscriminada podría suponer, se decantaran por pedir a las autoridades competentes mayor permisividad y menor firmeza». Mira tú por dónde...

Y a renglón seguido les leía la cartilla a los paseantes que se vieron sorprendidos por la agresividad de la Ertzaintza: «Los ciudadanos deben ser conscientes de ese intento de chantaje. El comprensible deseo de disfrutar de una tarde tranquila no debe, de ningún modo, satisfacerse a costa de que los espacios públicos sean utilizados a su antojo por organizaciones que han sido declaradas fuera de la ley y que, con sus llamadas a la solidaridad con un condenado que ha puesto voluntariamente en peligro su vida, no hacen sino vejar a quienes han sido víctimas involuntarias de su fanática crueldad. La Ertzaintza hizo, por tanto, bien en evitar ese auténtico `mal mayor' que habría consistido en entregar nuestras calles a quienes pretenden utilizarlas para hacer de ellas un foro público de enaltecimiento de la memoria de las más aborrecibles acciones terroristas». Mira quién te aplaude y sabrás si debes avergonzarte.

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