El portavoz del EBB, Iñigo Urkullu, afirmaba ayer en una entrevista publicada por «El Correo» que «el conjunto del cuerpo del partido» da por definitivamente cerrado el caso. Y a la pregunta de si no quedaba cerrado en falso respondía que «no. Sin haber puesto nunca en tela de juicio la presunción de la transparencia y la correcta actuación de Jon Jauregi, ante la bola que se había originado hemos aprovechado la primera oportunidad que hemos tenido para garantizar la tranquilidad del partido».

Sin embargo, al igual que la dirección del PNV no ha podido controlar cuándo estallaba el escándalo, será difícil que a estas alturas pueda determinar cuándo se puede considerar cerrado. Hay al menos dos vías por las que este caso va a seguir abierto en las próximas semanas.

En primer lugar está la determinación del GBB de exigir responsabilidades penales y políticas por la filtración de datos reservados sobre el patrimonio del candidato jeltzale. Joseba Egibar explicó el pasado sábado que el caso se encuentra en manos del fiscal jefe de Gipuzkoa, Jaime Goyena, y habló también de la existencia de contactos con la Agencia de Protección de Datos. Pero, además, Egibar exigió públicamente al diputado general de Gipuzkoa, Joxe Joan González de Txabarri, la depuración de responsabilidades en el Departamento de Fiscalidad y Finanzas del Ente foral, al que el GBB acusa de haber participado en la elaboración del dossier contra Jauregi.

La decisión de la Asamblea Nacional del PNV de apoyar y avalar a Jon Jauregi no afecta a esta derivada del caso, ni el GBB piensa renunciar a la demanda de responsabilidades políticas por lo ocurrido.

El diputado general no ha respondido todavía públicamente a la exigencia formal que el GBB le hizo el sábado, pero cabe pensar que no permanecerá indefinidamente callado ante una acusación que va directamente contra el núcleo de su equipo de gobierno. La exigencia de que se depuren responsabilidades ha de tener una respuesta que satisfará o no a la dirección jeltzale guipuzcoana. Es decir, ahí se mantiene latente el germen de un enfrentamiento interno dentro del PNV de Gipuzkoa.

Los rivales

Quienes tampoco están dispuestos a dar por cerrada esta cuestión son los rivales de Jon Jauregi en la carrera hacia el mando de la Diputación Foral de Gipuzkoa.

El candidato del PSE, Alberto Buen, manifestó ayer que «a estas alturas no es suficiente» que la Asamblea Nacional del PNV haya aceptado las explicaciones de Jauregi. Insiste además en sugerir que ha de ser el candidato jeltzale quien demuestre su inocencia al presentar como un cargo en su contra que no ha respondido al ofrecimiento del ente foral para que autorice hacer pública su declaración.

También Iñaki Galdós, presidente de EA en Gipuzkoa y futuro candidato a diputado general, sostenía ayer en una entre- vista en ``El Diario Vasco'' la necesidad de nuevas aclaraciones sobre el caso, por ejemplo, la referida a «cuándo se ha producido la regularización de la casa de Jaca». Galdós, firme defensor en el seno de EA de la coalición con el PNV, cuestionaba que el caso esté zanjado. «Si al PNV le parece normal esta acumulación de patrimonio y le parecen congruentes y suficientes las explicaciones dadas por Jon Jauregi, ellos verán -afirmaba-. Yo desde luego percibo que la ciudadanía guipuzcoana está en otra clave. La gente nos pide, más que nunca, ser transparentes». Y el futuro candidato de EA se ofrecía a predicar con el ejemplo asegurando que «no tendría ningún inconveniente en hacer pública mi declaración. Mi patrimonio personal -aseguraba luego- entraría en un papel de fumar».

La cuestión de la honradez y la transparencia va camino de convertirse en uno de los ejes de la precamapaña en Gipuzkoa y no es descartable la aparición de nuevas denuncias.