Los cuatro policías presuntamente implicados en el crimen de tres diputados salvadoreños y su chófer el pasado día 19 aparecieron muertos el domingo por la tarde en la cárcel de El Boquerón. Tras este suceso, los presos emprendieron un motín que depusieron ayer para exigir que no hubiera represalias en su contra por estas muertes.

El presidente de Guatemala, Oscar Berger, responsabilizó a las autoridades penitenciarias de lo sucedido. En declaraciones a los medios, dijo que «eran testigos claves para seguir el proceso de investigación».

Insistió también en que los agentes tenían nexos con el crimen organizado y las mafias. «No dudamos de que hay una guerra entre ellos que ha ocasionado la muerte de los cuatro policías», subrayó.