El presidente iraquí, el kurdo Jalal Talabani, se encuentra «de buen ánimo y en condición estable» tras haber sido hospitalizado en Jordania y «estará de vuelta en Bagdad pronto», según afirmó ayer el ministro iraquí de Asuntos Exteriores, Hoshyar Zebari, durante una visita en Dinamarca.

«Hemos hablado con su personal y va bien», afirmó Zebari. Talabani, de 73 años, enfermó el domingo y perdió la consciencia mientras era trasladado a un hospital en Irak. Se recuperó lo suficiente para poder volar a la vecina Jordania a última hora del domingo para someterse a un examen en profundidad.

«Está de buen ánimo. Estará de vuelta en Bagdad pronto para retomar sus responsabilidades. La decisión de llevarle a Amán se tomó por precaución», añadió Zebari.

El médico privado de Talabani, Yedkar Hikmat, por su parte, desmintió las informaciones que aseguraban que el presidente iraquí había sido ingresado en la unidad de cuidados intensivos.

En este sentido, negó que a Talabani se le haya implantando un catéter coronario y rechazó que hubiera sido sometido a ninguna intervención quirúrgica cardiovascular, como señalaron varios medios de comunicación. «Esto no es para nada verdad. El caso clínico del presidente no implica ningún problema de corazón. No ha sufrido ningún ataque cardíaco. Su corazón está bien al cien por cien», aseguró Hikmat.

Un día más, se sucedieron los atentados. Al menos 13 personas murieron cuando un coche bomba explotó al paso de un control policial a las afueras de Ramadi. Es la segunda bomba que estalla en menos de una semana en la provincia de Anbar.