Más de un centenar de peregrinos chiítas muertos de camino a Kerbala
Los chiítas, mayoría de la población iraquí, están pagando un largo tributo en sangre por la decisión de algunos de sus líderes de aprovechar la ocupación para hacerse con las migajas del poder. Las conmemoraciones religiosas de los seguidores de Ali están marcadas en rojo en el calendario del Irak ocupado. Ayer, más de un centenar de peregrinos murió de camino a la ciudad santa de Kerbala, más de noventa en un doble atentado suicida en la vecina ciudad de Hilla.
GARA |
Al menos noventa chiítas murieron en un doble atentado suicida cerca de la ciudad de Hilla, de camino a Kerbala.
27 chiítas fallecieron en otros ataques y emboscadas cuando se dirigían a esta ciudad santa para la religión de los seguidores de Ali (chiítas) para conmemorar el sábado los 40 días desde el aniversario de la muerte de Hussein, el tercer imam en la línea dinástica del profeta Mahoma, muerto en Kerbala en el año 680 por las tropas de la dinastía sunita de los Omeya.
A 20 kilómetros al este, cerca de Hilla, «dos hombres cargados de explosivos se hicieron explotar en medio de una multitud de peregrinos que iba a pie a Kerbala», aseguró Karim al-Hamzaui, teniente de la Policía de Hilla. Según la agencia de noticias Aswat Al Irak, uno de los kamikazes se inmoló dentro de una carpa en la que se dispensaba comida y atención a los peregrinos en ruta y el otro lo hizo en el exterior.
«Hemos recibido noventa cadáveres y tenemos a 160 heridos hospitalizados», informó el doctor Mohamed al-Timini, del servicio de urgencias del hospital de Hilla. «Alrededor de medio centenar de los heridos están en estado crítico. Más del 80% de las víctimas son hombres jóvenes, pero también hay mujeres y niños», añadió.
La masacre de Hila fue el último eslabón de una serie de atentados contra peregrinos chiítas. El suceso más grave tuvo lugar en tres barrios de Bagdad, donde otros tantos atentados con coche bomba mataron a 15 personas e hirieron a 47.
En Dura, al sur de la capital, otros ocho chiítas murieron y otros cinco sufrieron heridas en una emboscada.
Otros cuatro peregrinos murieron y diez resultaron heridos en un ataque en el este de Tikrit, 170 kilómetros al norte de Bagdad. En otra emboscada similar, otros cinco peregrinos murieron y seis más resultaron heridos en Al Latifiya, a medio camino entre Bagdad y Kerbala, en la provincia de Babel.
Cerca de Kirkuk, capital de Kurdistán Sur, Mohamed Mahdi Al-Bayatti, un diputado turcomano chiíta que se dirigía a Kerbala, salió ileso de un atentado que dejó muertos a cuatro de sus guardaespaldas.
Ocupantes en Medina al-Sadr
Esta ola de atentados contra la mayoría chiíta del país coincide con la construcción, por parte del Ejército estadounidense, de un puesto de control justo en la periferia de Medina al-Sadr (Sadr City para los ocupantes), inmensa barriada chiíta en el este de Bagdad .
Bastión del movimiento al-Sadr y en el punto de mira de los ocupantes, la ira de su población frente al «Plan de Seguridad» estadounidense es creciente. Medina al-Sadr fue en 2004 escenario de la hasta ahora mayor insurrección armada chiíta contra los ocupantes.
El presidente de EEUU, George W. Bush, trató de justificar el giro en su posición respecto a Irán y Siria en vísperas de la cumbre sobre Irak a la que ha invitado a ambos gobiernos asegurando que «será un test sobre su seriedad para jugar un papel constructivo» en el país ocupado.
El Ejército estadounidense ha pagado en las últimas 24 horas con la muerte de nueve soldados, todos ellos al norte de Bagdad, por su ocupación de Irak.
Estas bajas mortales elevan a 3.179 el balance de soldados estadounidenses muertos desde la invasión de Irak en marzo hará cuatro años.
Seis soldados murieron el lunes en la provincia de Saladino, cuya capitasl, Tikrit, es la cuna del ejecutado presidente de Irak, Saddam Hussein. Desde la caída de un helicóptero estadounidense en enero pasado por «fuego enemigo» -EEUU perdió siete aparatos en un mes escaso- en la que 12 soldados perdieron la vida, el Pentágono no había sufrido tantas bajas en un sólo ataque. Sin salir de esta provincia, un uniformado murió y otro resultó herido por la explosión de una bomba bajo el vehículo en el que viajaba.
Otros tres soldados murieron en un ataque similar en la provincia de Diyala.
Los grupos de la resistencia sunita son particularmente activos en ambas provincias. El Pentágono anunció a bombo y platillo la detención de 29 resistentes a los que no dudó en identificar con la red Al Qaeda. Incluyó entre los detenidos a dos hermanos del supuesto líder del Estado Islámico en Irak, alianza de grupos rigoristas sunitas, y al líder del grupo en Tikrit.
