Cada vez más voces apuestan por asumir que la Real estará en Segunda el año que viene y empezar, por tanto, a planificar la consecuencia. Pero también son muchos los que prefieren ni mentar la bicha y agarrarse al clavo ardiendo que todavía ofrecen las matemáticas.

En ese segundo grupo se encuentra Miguel Angel Lotina, que tiene claro que «si empezamos a hablar sobre qué va a pasar si descendemos, es el primer paso para empezar a perder otra vez, o sea que no hay que hacerlo». Es evidente que el técnico apuesta por el optimismo para motivar a un equipo al que ve «bien, dentro de la situación en la que estamos», aunque reconoce que sólo los resultados le permitirán mantener ese discurso por más tiempo. «Aún hay tiempo -insiste-, pero todo pasa por empezar a ganar».

Y de inmediato. No sólo porque la Real necesita muchas victorias para consumar el milagro, sino porque además mañana recibe a uno de los equipos implicados en la pelea de la parte baja. Una auténtica final, complicada como tal y también porque el Mallorca «está en una buena dinámica. Tiene poder ofensivo, y está haciendo un buen fútbol». Pese a lo cual, Lotina está convencido de que su equipo marcará «dos goles, que nos dan bastante confianza» y, afinando aún más, también de que Darko Kovacevic «marcará este domingo».

La falta de puntería del serbio -y de sus compañeros, evidentemente- es, a buen seguro, uno de los condicionantes que han desencadenado la mala situación de la Real. Aunque no el único. Las lesiones o los arbitrajes también han tenido que ver, aunque Lotina cree que los donostiarras no pueden escudarse en estos factores para excusar su mal rendimiento. «Yo no tengo ninguna excusa para el fracaso. Puedo tener muchas razones, pero ninguna excusa», insistió el técnico vizcaino. «La Real no está ahí por las lesiones o por los árbitros. Los culpables somos los jugadores y, especialmente, yo», aseguró.

El futuro

Después de que Darko Kovacevic asegurase la víspera que le gustaría continuar en la Real, a la que siente como «su» equipo, más allá de la categoría en la que milite la próxima temporada, Lotina también fue cuestionado ayer al respecto. Pero el técnico prefirió eludir el tema, por superstición o porque, como él mismo aseguró, no es algo que importe demasiado cuando la única prioridad pasa por la salvación del equipo. «Hablar de aspectos individuales, contratos o qué va a pasar si desciendes, si te quedas o no, me parece muy egoísta por nuestra parte -aseguró-. A nadie le importa qué va a hacer Lotina el 30 de junio, ni tan siquiera a mí. Yo entiendo que un obrero al que le van a cerrar la empresa y tiene que mantener a su familia esté preocupado por su futuro; pero nosotros somos unos privilegiados, y no tenemos ningún derecho a preocuparnos por nuestro futuro cuando estamos participando en que un equipo pueda bajar a Segunda, que es mucho más importante», insistió.

Con serenidad

Algo menos preocupado está Goyo Manzano, consciente de que el Mallorca puede dar mañana un paso definitivo hacia la permanencia.

Con todo, el técnico no quiere ninguna confianza ante un rival que «sabe que sus aspiraciones pasan por lograr los tres puntos. Tenemos que evitar precipitarnos y saber que con serenidad en algún momento podremos aprovechar alguna oportunidad», auguró.

Difícil encontrar mejor respuesta a la llamada a la unidad de Miguel Angel Lotina que la ofrecida por la afición txuriurdin, que en 24 horas agotó las localidades gratuitas disponibles para los abonados para el choque ante el Mallorca. En la imagen, las colas formadas ayer en las taquillas de Anoeta.