Raimundo FITERO
Motivos
Dijo: «Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo». Con un punto de apoyo y un motivo sería más fácil mover el mundo. Con muchos motivos se debe poder mover el mundo, a los mundanos aunque el punto de apoyo sea movible. ¿Cuántos motivos hay para la esperanza? ¿Cuántos motivos necesitamos para la acción? Al amanecer las cigüeñas otean el horizonte y encuentran en los estercoleros los motivos para no levantar el campamento.
En numerosas ocasiones, ejercitando el don de la comprensión, uno se pregunta los motivos que llevan a un grupo de seres humanos empleados en la desinformación a desmenuzar las intimidades de alguien que su único delito es ser hijo de alguien que en su momento fue famoso. La otra noche, al perderme en el escaneo de la oferta plana de las televisiones, me encontré con los de siempre gritando sobre asuntos de un tal Camilín, que al cabo de unos largos minutos descubrí que se trataba del hijo de un cantante que fue famoso en otras épocas del negocio del espectáculo llamado Camilo Sexto.
No cabía en mi sorpresa, primero, al ver cómo de manera ritual todos esos seres empleados en la chacinería televisiva confesaban que habían sido o amigos, o empleados, o habían estado muy cerca del cantante que una vez se convirtió en Jesucristo Superstar en los escenarios. Segundo, el descaro con el que dan como algo contrastado los rumores, lo que una vez les dijo alguien que aseguraba que su prima había sido empleada de una peluquería en donde se teñía las mechas una sobrina tercera de la amiga del colegio de uno que había hecho el servicio militar con la tía de una empleada de hogar esporádica. A partir de mentiras, insinuaciones, montan una cacería.
Necesitan inventarse historias tétricas para sus «kermeses», sacar nuevos materiales reales o inventados para seguir dando carroña televisiva. Y en estas semanas ha aparecido una figura mediática nueva, alguien que pasó dos meses en el talego con Cachuli, el ex alcalde de Marbella. Ha pasado por todas las televisiones, ha aparecido su mujer, sus hijos. Han sacado un dinero goloso en apenas un mes, y nadie sabe los motivos por los que esta gente triunfa. ¿Se trata de una metáfora política?