«En 1996 por cada hombre en situación de pobreza había tres mujeres; en 2000, cuatro; hoy en día, cinco», denunciaron ayer en Bilbo, Bilgune Feminista y Elkartzen.

En la concentración que realizaron para reclamar la participación social activa de la mujer, criticaron el carácter patriarcal del sistema capitalista y su tendencia a realizar una división del trabajo en función del sexo. «El sistema capitalista tiene una plasmación evidente en Euskal Herria -explicaron-. En este sentido, la actitud de las diferentes instituciones respecto a los servicios sociales es muy significativa, mientras las necesidades de las personas están creciendo, los servicios sociales se están privatizando».

A su entender, la alternativa para garantizar el derecho a un trabajo digno y a la participación social activa es repartir el trabajo y asegurar unos servicios sociales públicos a toda la población.

Cambio de mentalidad

Según Bilgune Feminista y Elkartzen, en el ámbito público se debe ir reduciendo la jornada laboral, creando las condiciones para el reparto del trabajo en el ámbito privado. Para ello, «son imprescindibles los servicios sociales y públicos de calidad», así como «cambiar la mentalidad masculina».

Tal y como afirmaron, la inversión pública relacionada con los diferentes aspectos del bienestar social «es mínima» y como ejemplo expusieron que el gasto en sanidad de Euskal Herria «es el más bajo de Europa».

Los reunidos criticaron además los programas de Mujer impulsados por el ayuntamiento bilbaíno, que según denunciaron solo destinan el 0,20% del presupuesto total.

La situación de las mujeres inmigrantes también estuvo presente en la protesta de ayer, denunciaron las condiciones «laborales extremas» a las que son sometidas estas mujeres. Recordaron que muchas de ellas sufren jornadas de 24 horas y sin contrato alguno.