El acto de presentación del documental que analiza las causas y consecuencias de los días 11 y 13 de marzo de 2004 empezó con la actuación de los zanpantzar. La gente que llenaba el pabellón Anaitasuna se levantó al grito de «Herriak ez du barkatuko!» y no dejó de aplaudir hasta que empezó la emisión.

Las declaraciones realizadas por Angel Acebes un día después de los atentados de Madrid dieron inicio al documental. Su aparición en pantallla fue respondida con miles de silbidos.

Al ex ministro de Interior español le siguieron diversas entrevistas recogidas en el barrio iruindarra Donibane en torno al 11-M y entrelazadas por los bertsos de Jon Maia, Estitxu Arozena y Xabier Silveira.

En el documental, la represaliada Ikerne Indakoetxea recuerda cómo vivió aquellos momentos en la prisión de Alcalá-Meco. Resalta, por ejemplo, que fueron objeto de insultos y agresiones por parte de las presas comunes y funcionarios.

Desde periodistas a políticos

Por su parte, vecinos de Donibane relatan la muerte de Angel Berrueta a manos del agente Valeriano de la Peña y su hijo, y denuncian el papel que jugó Pilar Rubio, esposa del primero y madre del segundo, así como las cargas que tuvieron lugar en la misma puerta del tanatorio y en las diversas movilizaciones.

Precisamente, en unas de ellas, falleció Kontxi Sanchiz, protagonista junto a Berrueta de este trabajo.

La vecina de Hernani murió a consecuencia de un paro cardiaco. Sus familiares denunciaron la actuación de la Ertzaintza que, pese a su gravedad, se negaron a prestarle ayuda.

El documental, además, recoge las valoraciones de periodistas, políticos y analistas sobre lo ocurrido ahora hace tres años.

Asimismo, recopila las reacciones que tuvieron distintos partidos políticos y se adentra en la actitud del PP, que se afanó en culpar a ETA de los atentados de Madrid, y en el clima de tensión generado en esos días.

Lluvia de aplausos

Tras su emisión, familiares de Berrueta denunciaron la impunidad de los responsables de estas dos muertes. En medio de un fuerte aplauso y con el sonido de la txalaparta como telón de fondo, subió al escenario el vecino de Donibane Josu Biguri que, nuevamente, rememoró estos trágicos sucesos.

Rechazó «la manipulación, cobardía e impunidad» de los autores y, es que, pese a haber sido condenada por la Audiencia de Nafarroa, Rubio ya está en libertad. Del mismo modo, Biguri recordó otros tantos casos ocurridos en las últimas décadas en Euskal Herria.

También agradeció las muestras de solidaridad hacia las familias de Berrueta y Sanchiz y ensalzó la dignidad de los familiares. Tras la lluvia de aplausos, varias personas dieron cuenta de los momentos de tensión vividos aquellos días en Iruñea.

Las emotivas palabras de Mari Carmen Mañas, viuda de Berrueta, cerraron este caluroso y cercano homenaje. Tras agradecer a sus convecinos y a Gurasoak el apoyo ofrecido, remarcó la importancia de cada homenaje e hizo una mención especial a Kontxi Sanchiz que «murió por solidarizarse con las protestas contra la muerte de Angel».