De nuevo el fatídico descuento
El equipo local volvió a desaprovechar su ventaja en el marcador y permitió que su rival, en esta ocasión el Valencia, le empatara en el tiempo de descuento. Los rojillos siguen sin saber lo que es salir victoriosos en su campo desde hace nada menos que dos meses
OSASUNA 1
VALENCIA 1
Natxo MATXIN | IRUÑEA
La misma historia que en Glasgow. Otro mal despeje en defensa dio lugar a que el rival empatara un encuentro que tenía perdido. Si bien el Valencia dispuso de tantas ocasiones como Osasuna y podría considerarse como justa la igualada, la realidad es que encajar otro gol en el descuento en cuatro días no es algo que se pueda asimilar con facilidad.
Después de dos meses, los rojillos siguen sin poder ganar en El Sadar y el próximo derbi en San Mamés se presenta agónico. Al menos, y como mal menor, los rojillos obtuvieron un punto en una jornada en la que todos sus rivales por detrás sumaron.
A ambas escuadras les iba la vida en el choque, pero el Valencia puso más de su parte en el inicio. Para el cuarto de hora, los de Quique Sánchez Flores pudieron sentenciar en sendas oportunidades.
De no ser por un paradón a bocajarro de Ricardo, Villa pudo subir el 0-1 al electrónico en el minuto 7 tras adelantarse de cabeza a Javier Flaño. Otros siete después, los chés dieron una lección de cómo armar un contragolpe. Lo llevó Villa tras perder el balón los rojillos en el medio campo, abrió por la derecha a Joaquín y éste dio un pase de gol a Angulo, pero el oventese se encontró con el palo.
Osasuna no disponía del esférico, las apretadas líneas valencianistas, con constantes ayudas entre defensas, pivotes y volantes, no permitían hilar tres pases seguidos. Los rojillos sufrían, siempre con el miedo en el cuerpo de verse damnificados por la efectividad de la dupla de delanteros asturianos.
El Guaje, de hecho, lo intentó de lejos en un disparo envenenado (m.23) que atrapó Ricardo. Raúl García, para no ser menos, también ensayó desde 50 metros, al ver a Cañizares adelantado, pero el veterano cancerbero tuvo suficiente tiempo como para meter su manopla y desviar una pelota que iba a la escuadra.
Fue precisamente el de Zizur Nagusia el protagonista de la jugada que abrió el marcador. El joven canterano estuvo muy vivo para sacar petróleo de un empujón dentro del área de Moretti. El especialista rojillo, Patxi Puñal, puso el resto para engañar a Cañizares en el lanzamiento de la pena máxima y anotar el 1-0 que ponía en franquicia a los locales.
De irse con un resultado claramente desfavorable al descanso, los de Ziganda se encontraron, sin comerlo ni beberlo, llevando la iniciativa en el electrónico. Ello encendió los ánimos de los navarros. Nekounam, Juanfran y Raúl García lo intentaron en tres tiros desde diferentes posiciones. El ayer media punta, especialmente incisivo, golpeó con su zurda pegado al poste, pero Cañizares sacó, no sin apuros, el mortífero balón.
El peligro de Villa
Los rojillos se pertrecharon bien atrás, cediendo el trabajo a los visitantes. Únicamente las arrancadas de Villa generaban cierto peligro. El delantero volvió a demostrar su calidad al cuarto de hora de la reanudación en una acción en la que se fue de Krutxaga y disparo seco, pero Ricardo respondió bien.
Era el día de los porteros. Cañizares también salvó a su equipo de encajar más tantos en una parada a inmejorable ocasión de Webó -el camerunés disparó al muñeco- e intervino también con acierto a otro tiro colocado de David López.
Quique Sánchez Flores buscó mayor profundidad y opciones atacantes dando entrada a Morientes -retiró a uno de los pivotes, Albelda- y a Miguel. Pero ello bajó enteros en la presión de la medular ché y Osasuna se vio favorecido en el manejo del balón.
El festival de guardametas lo corroboró Ricardo en el 74 cuando llevó a cabo otro paradón a lanzamiento de Joaquín, que se encontró con una oportunidad tras rebotar un despeje de Krutxaga en el estómago de Puñal. Pero la desgracia se volvió a cebar con los navarros. Esta vez fue David López quien no consiguió despejar con contundencia, lo que fue aprovechado por Miguel para dar un centro que no desaprovechó Morientes.
Coincidiendo con la visita del Valencia a El Sadar, se volvieron a disparar los rumores por el presumible interés de los chés para hacerse con los servicios de Raúl García. Al parecer, los valencianos estarían dispuestos a pagar 12 millones de euros por el joven canterano.
Sorprendió que, a la vista del desgaste que estaba suponiendo el partido, José Angel Ziganda esperara casi hasta el final para realizar su segundo cambio y no hiciera al tercero. El técnico rojillo asumió su parte de culpa -un cansando David López, que a la postre protagonizó el fallo defensivo, hubiera sido el sustituido-, al reconocer que «podíamos haber hecho un tercer cambio, lo estábamos valorando y eso...».
En este sentido, el de Larraintzar confesó que le dolió la forma en la que se produjo la igualada, al calificarla como una «sensación dura y muy fuerte», además de asumir que se produjo «por un error, fruto del cansancio», aunque aseguró, a renglón seguido, que «es duro, pero no nos queda otra que pensar en el próximo miércoles y el sábado».
Centrado ya en el análisis de lo que fue el partido, el Cuco subrayó que se trató de un encuentro «igualado y vibrante, con ocasiones en ambas porterías». En cuanto a si este nuevo «pequeño mazazo» puede afectar al choque europeo que se disputará en apenas 48 horas, el preparador osasunista indicó que «no nos trastoca los planes porque se trata de otra historia diferente. Ahora es preciso recuperarnos, ya que mañana -por hoy- ya estamos en la antevíspera del encuentro».
Quique Sánchez Flores, por su parte, consideró que se hizo justicia con el postrero empate «porque tuvimos ocasiones claras y el equipo persiguió la igualada hasta el final, obtuvimos el premio a base de insistir».
«Ha sido un envite de mucha intensidad, pero el penalti lo cambió todo. Hasta entonces, hubo la sensación de que Osasuna no llegaba, el partido estaba controlado. Después jugamos con más ansiedad y no pudimos correr la contra», comentó el técnico ché.
Varios miles de hinchas escoceses se desplazarán a Iruñea para animar a su equipo en el partido de vuelta de la Copa de la UEFA. Aunque las cifras varían entre los 5.000 y los 7.000 aficionados, la realidad es que se espera una auténtica marabunta, la mayoría de ellos sin entrada.
El Glasgow Rangers se impuso en casa de su máximo rival, el Celtic, por 0-1 tras un gol a los 50 minutos del defensa central Ehiogu. Walter Smith, técnico de los «gers» introdujo tres cambios respecto al partido ante Osasuna, dando entrada a McGregor, Novo y Sebo.
Mourinho realizó un viaje relámpago a Iruñea en el avión particular de su equipo, el Chelsea, para espiar a los chés. «No voy a disponer de muchas más oportunidades para ver al Valencia», destacó el portugués, pero se fue diez minutos antes y se perdió el gol de Morientes.