La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Louise Arbour, destacó ayer que una de las claves de la buena marcha del Consejo de Derechos Humanos (CDH) será el mecanismo por el que se evaluará a intervalos regulares la situación de los derechos y libertades fundamentales en todos los países.

En la presentación del informe anual de su organismo ante el pleno del CDH, que se celebra en Ginebra hasta el 5 de abril, Arbour recalcó que ese examen partirá de la constatación de que «ningún país puede afirmar que respeta de manera absoluta y permanente todas sus obligaciones en materia de promoción y protección de derechos humanos».

Sostuvo que gracias a un análisis imparcial y objetivo de cada situación, esa evaluación «responderá» a las críticas de selectividad que llevaron al descrédito y cierre del órgano predecesor del CDH, la Comisión de Derechos Humanos, a la que reemplaza desde el pasado junio.

Arbour destacó además que ese ejercicio no dará lugar a «una simple verificación» de hechos, sino que «contribuirá a poner de manifiesto las debilidades, dificultades y hasta retrocesos observados en un país en materia de derechos humanos».

En cuanto al valor constructivo de ese mecanismo de evaluación, mencionó que también permitirá «evaluar los progresos, superar mejor los obstáculos» y sugerir acciones «particulares y propias a cada Estado», para lo que deberá contar con «métodos eficaces de seguimiento».

En ese contexto, destacó la necesidad de implicar a la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales y las instituciones nacionales de derechos humanos en los trabajos vinculados a esa evaluación.

Arbour también defendió la labor de los expertos en derechos humanos de la ONU, señalando que «la independencia e imparcialidad que los caracteriza garantizan que un amplio espectro de derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, que afectan a todos los grupos, sean objeto de un examen permanente».

«Esos expertos identifican las violaciones a las que las poblaciones vulnerables, ciertos grupos o individuos están expuestos y contribuyen a alertar a la opinión pública y a los gobiernos», agregó la máxima responsable de derechos humanos de Naciones Unidas.

Por esas razones, Arbour pidió al CDH que aliente a los Estados para que refuercen su cooperación con ellos.

Tras hacer un recuento de las actividades de su organismo en 2006, destacó la puesta en marcha de una unidad sobre los derechos de la mujer.