Osasuna ya puede alardear de haber alcanzado unos cuartos de final de la Copa de la UEFA. Un hito histórico al que ha llegado el club de la Plaza del Castillo tras los iniciales titubeos de la liguilla previa y superar al Girondins en el descuento.

En el cómputo global de la eliminatoria, los rojillos fueron muy superiores al Rangers, un conjunto con un presupuesto económico que casi triplica al de los navarros, pero que en la liga española estarían seguramente en los puestos de descenso. Los de Smith sólo inquietaron en alguna jugada suelta, propiciada por esporádicos fallos locales.

Los de Ziganda llevaron el control del choque, dominaron el balón y la medular, y sólo la falta de acierto le dio un cierto suspense al resultado, hasta que llegó el tanto del camerunés.

Sin ninguna confianza y con la idea de tener la posesión del esférico saltó Osasuna al terreno de juego. No hizo falta que pasaran muchos minutos para que el Rangers volviera a demostrar que es un equipo al que le cuesta salir con el balón controlado y los rojillos se aprovecharon de ello.

En menos de un cuarto de hora, ya sumaron tres ocasiones a su favor. Romeo pudo anotar en el primer minuto, pero le pegó mal al definir. Juanlu fue el protagonista de las dos siguientes, con una falta directa y un centro chut que se paseó por la línea de gol de los escoceses. Los de Smith ofrecían una imagen tan endeble como en la ida, con continuos regalos en defensa, donde la banda izquierda era un coladero, si bien el carrilero malagueño no acababa de ajustar los centros o la buena colocación de McGregor abortaba las asistencias.

Clara diferencia de calidad

Sólo Novo con dos tiros lejanos y muy desviados (m.12 y 21) trató de inquietar la portería de un Ricardo sin apenas trabajo. El peso del choque caía del lado de los navarros, que acosaban la meta escocesa y apretaban la salida del esférico, lo que provocaba continuas pérdidas del lado visitante, ante la clara diferencia de calidad de ambas escuadras con la pelota en los pies. El Rangers ni siquiera intentaba el característico envío largo del fútbol británico.

Sólo un fallo en las marcas a falta de dos minutos para el descuento propició la oportunidad más clara de los escoceses, al rematar de cabeza solo Adam por encima del larguero. La falta de pegada de los de Ziganda evitaba que se fueran con ventaja a vestuarios, de ahí que con el empate a cero planeara la sombra del gol del descuento de los últimos envites, pese a la candidez e ineficacia atacante de los escoceses.

La segunda parte comenzó con polémica. Murray cortó con el brazo dentro del área en el 47 un envío desde la derecha, pero el danés Bo Larsen miró para otro lado, no queriendo pitar una acción muy similar que anteriormente había señalado a Nekounam, al golpear con la mano el iraní en propio campo.

Como en Ibrox Park, sólo un lance desafortunado podía hacer resucitar a los de Smith. Y precisamente el persa estuvo a punto de protagonizar la jugada tonta del envite. Perdió el balón al borde del área, pero Josetxo, muy atento, se rehizo para cortar el posterior tiro de Rae, que se plantó prácticamente solo ante el cancerbero osasunista.

Sin embargo, y pese a que el Rangers tampoco es que inquietara excesivamente, salió con una mayor decisión. No le quedaba otra. Presionaron algo más sobre Nekounam y Puñal -los rojillos también parecieron dar un paso atrás-, mientras Smith daba entrada a Prso y colocaba a Novo ya como claro segundo delantero.

Adelantar líneas crucificó a los foráneos. Un cansado Azpilikueta dejó su sitio a David López y la primera arrancada del riojano y su posterior envío no pudo ser cortocircuitado por Weir -un fallo más a sumar en el compendio de errores de los dos centrales del Rangers en los 180 minutos de eliminatoria-, cayendo la pelota a los dominios de Webó, quien con la zurda disparó raso sin que McGregor pudiera evitar el 1-0.

Balones aéreos escoceses

Los de Ziganda encauzaban la eliminatoria, si bien los escoceses no dijeron su última palabra. Mediante balones aéreos trataron de poner cerco al arco rojillo, y así llegó una ocasión para el incorporado en ataque Ehiogu quien, desde el suelo, no llegó a golpear el balón y sí lo atrapó Ricardo.

Mientras tanto, Osasuna se conformaba con nadar y guardar la ropa. Colocados atrás, los rojillos encauzaban sus esfuerzos en contragolpear con el recién incorporado Juanfran y se aprovechaban de la limitada capacidad técnica de sus rivales, que se veían incapaces de llevar el balón con claridad a los dominios navarros. Precisamente en dos claras contras llevadas por David López se pudo ampliar la diferencia, pero no culminaron.