Un ensayo de Elvis Vermeulen en el último minuto de partido permitió a Francia revalidar su título en el Torneo de las Seis Naciones, gracias a su mejor coeficiente entre los puntos anotados y los encajados.

Cronológicamente, la jornada arrancó con el partido entre Italia e Irlanda. Estos últimos, al igual que Francia e Inglaterra, afrontaban su último partido con tres victorias y una derrota. El average favorecía a Francia (+42), con Irlanda muy cerca (+38) e Inglaterra prácticamente sin opciones (+13).

Los del trébol se plantaron en Roma dispuestos a machacar. Dicho y hecho. Anotaron ocho ensayos y, a falta de cinco minutos, dominaban con un contundente 12-51. Pero buena parte de sus opciones se esfumaron en esa recta final, cuando encajaron dos ensayos consecutivos -uno de ellos con transformación incluida- que permitía a Italia maquillar el marcador (24-51).

Con estos guarismos, Francia comenzaba su partido ante Escocia en París sabiendo que debía de ganar por al menos 24 puntos. Un margen que permitía a los irlandeses soñar con una celebración a lo grande de su gran fiesta, el Día de San Patricio.

Y no faltó mucho para que el sueño se hiciera realidad. A falta de cuatro minutos, el título era para los del gallo, merced al 39-14 que campeaba en el luminoso. Pero en ese momento, el escocés Murray se convertía en el héroe de Irlanda al anotar un ensayo (39-19). La distancia se redujo a veinte insuficientes puntos.

Dos minutos más tarde, Vermeulen sustituía al garaztarra Imanol Harinordoki. Y cuando el reloj consumía sus últimos segundos, el tercera línea posaba el balón en la zona de marca rival y desataba el delirio en Saint Denis (46-19).

Gales sorprende a Inglaterra

Con estos marcadores, el partido que cerraba el Torneo se presentaba intranscendente a efectos clasificatorios, puesto que Inglaterra tenía que ganar en Cardiff a Gales por más de 56 puntos. Pero no fue capaz ni de siquiera empatar, ya que Gales sumó su única victoria de este año por 27 a 18.