«Es el momento de ser optimista y de participar"
Dieciocho años después de la victoria del neoliberalismo sobre el socialismo europeo, la idea de Marx y Lenin ha resurgido en una nueva versión bajo el título «El socialismo del siglo XXI». ¿Mera retórica política o un modelo a seguir también en Europa? Heinz Dieterich, uno de sus creadores, responde.
Ingo NIEBEL | COLONIA
El catedrático de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, Heinz Dieterich, es uno de los creadores del socialismo del siglo XII. Mantiene estrechos contactos con los gobiernos progresistas de Hugo Chávez y Evo Morales. Debido a su influencia en la región, un semanario alemán llegó a denominarle «maestro de los brujos».
¿En qué fase está el proyecto de socialismo del siglo XXI?
Se han dado unas sorprendentes y positivas resonancias, entre las que destacan Venezuela y Bolivia, en América Latina, y la República Federal de Alemania y, desde hace poco, también Escocia en Europa. Pienso que la profundización en la solución teórica del problema ha avanzado mucho en los últimos años. Cada vez más personas se interesan por esta idea que se ésta institucionalizando. Se está vatici- nando un salto cualitativo tanto en Europa como en América Latina. Es el momento de ser optimista y de participar en la nueva teoría y llevarla adelante.
En Alemania, la izquierda está intentando unificarse. ¿Qué camino debería emprender?
Se están dando unos debates muy interesantes. Me ha llamado la atención una definición de Gregor Gysi (Linkspartei.PDS). Dice que el amplio centro del PDS es, por un lado, la defensa de la calidad de vida de la población contra el desmantelamiento del Estado social, contra las privatizaciones etcétera y, por el otro lado, necesitamos una alternativa no capitalista. El resumen de todo eso es, según Gysi, el «socialismo democrático». Sobre esta definición se puede mantener la unidad que se ganó con el sorprendente éxito en las elecciones del 2005. Y sobre esta base se puede dar también una fructífera discusión que, al final, convencerá a la mayoría de que el socialismo democrático, el del siglo XXI, es la alternativa del sistema. Lo decisivo es que se tiene en cuenta que ninguna de las grandes soluciones del movimiento obrero del siglo pasado puede ser la respuesta a los problemas de la realidad alemana de hoy. Ni la versión bolchevique ni la socialdemócrata. La división del movimiento obrero en ambas es, para mí, un elemento del pasado. Ninguna es el camino hacia el futuro.
¿Qué diferencia al socialismo del siglo XXI de su antecesor?
Que construye instituciones centrales de otra manera: en vez de la economía del mercado habrá una economía democráticamente planificada, dirigida por el valor. Por otro lado, cuenta con una democracia real con muchos elementos directos.
La democracia participativa es una de las características de la Revolución Bolivariana. ¿Qué puede aprender de ella la izquierda alemana, la europea?
Lo primero, que se necesitan personajes con capacidad de dirigir, creíbles, capaces de comunicarse con la población y que saben lo que se ha de conseguir a corto, medio y largo plazo. Cuando se cumplan estas condiciones se podrá tener un movimiento de masas en Alemania. Su semilla es el éxito electoral del 2005 -8,7% de los votos-. Oskar Lafontaine y de Gregor Gysi tienen la responsabilidad de aprovechar esta oportunidad histórica de construir un movimiento de masas y de no convertirse en una copia socialdemócrata. Existe la posibilidad de superar la división del movimiento obrero para volver a un nuevo modelo integrador.
El Bloque Regional de Poder Popular (BRPP) nació porque los gobiernos progresistas de Venezuela, Bolivia y Ecuador no van a poder cumplir solos sus programas de transición contra EEUU, la UE y las oligarquías. Pero tampoco los movimientos sociales tendrán la fuerza para realizar su programa de desarrollo no capitalista. Contra la falange de EEUU, la UE y las oligarquías nacionales hay que situar el frente formado por los movimientos nacionales y los estados progresistas. Así nació el BRPP, que califica de estratégica su alianza con los gobiernos progresistas. Evo Morales lo ha definido así: «Socios sí, patrones no». El objetivo es crear cuadros medios que hacen de enlace entre gobiernos y movimientos sociales.
«La división del movimiento obrero en bolchevique y socialdemócrata es, para mí, un elemento del pasado. Ninguna es el camino hacia el futuro»
«Contra la falange de EEUU, la UE y las oligarquías nacionales hay que situar el frente formado por los movimientos sociales y los estados progresistas»